¿Por qué se pierden y desperdician los alimentos que han sido producidos en el campo o que proceden de la ganadería o la pesca? Las causas son muy variables y dependen de muchos factores:
Las causas pueden ser elementos del clima adversos (viento, granizo, heladas…); plagas o enfermedades; productos sin recolectar que se quedan en los campos por no cumplir las exigencias de calidad del consumidor (en forma, calibre, color…) a pesar de ser perfectamente comestibles e igualmente nutritivos; precio en el mercado que no compensa los costes de la cosecha; desajustes entre la oferta y la demanda; falta de infraestructuras; manipulación y almacenamiento inadecuados…
Los países en vías de desarrollo, producen un mayor volumen de pérdidas y el desperdicio de alimentos durante la producción y el procesamiento por prácticas de manejo inadecuadas y por la falta de infraestructuras y tecnología.
Según la FAO (2013), el 30% de la superficie de la tierra agrícola mundial, equivalente a 1.400 millones de ha de tierra, se usan para cultivar alimentos que son desperdiciados. Por ello, el aprovechamiento de los suelos debe ir unido a una gestión sostenible que evite su progresiva degradación.