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Pino Monumental de los Dos Hermanos
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Este ejemplar de pino resinero (Pinus pinaster) se localiza junto a las casas de Moluengo, a los pies del pico montañoso homónimo, a unos 930 m sobre el nivel del mar, en las inmediaciones de la localidad valenciana de Villargordo del Cabriel. Se ubica en un entorno en el que los campos de cultivo se alternan con pequeñas extensiones de pinar. Se estima que cuenta con una edad de 150 años y pertenece a una especie que puede alcanzar los 300 años, por lo que se encuentra en la mitad de su vida. Tiene una altura de 25 m y un diámetro de copa que en su parte más ancha alcanza los 20 m. Es un ejemplar muy apreciado por los vecinos de la zona, prueba de ello es que hace 40 años el destino de este pino iba a ser el de aprovechamiento para madera. Sin embargo, los vecinos se opusieron y salvaron este árbol, gracias a lo que lo han convertido en el ejemplar de mayor edad y dimensiones de la Comunidad Valenciana.
Se trata de una especie arbórea de la familia de las pináceas que se extiende por el entorno del Mediterráneo occidental en países como España, Portugal, Francia, Italia o Marruecos. Son árboles de tamaño medio cuya altura puede oscilar entre los 20 y los 35 m. Su corteza es rojo-anaranjada, muy agrietada y acículas en pares, gruesas y largas de tono de verde azulado a amarillento. Es una especie muy extendida en nuestro país y que es fácil encontrar en prácticamente todas las regiones, entre otros motivos porque su rápido crecimiento ha hecho que sea una especie muy utilizada para las repoblaciones. Asimismo, uno de los principales incentivos para plantar estos árboles se debe a que de su tronco es posible extraer resina, materia prima para productos derivados como el aguarrás o la colofonia.
Esta especie prefiere los suelos desprovistos de cal y pedregosos. Son árboles perfectos para el clima de esta región valenciana, ya que son capaces de soportar los largos meses de sequía durante el periodo estival, pero también se adaptan a las heladas invernales. Su tronco es grueso y su corteza negruzca y áspera que acaba agrietándose con la edad produciendo así surcos rojizos. Con respecto a sus hojas, son largas, anchas y rígidas. Poseen un color verde oscuro y se encuentran agrupadas en parejas. El periodo de floración de esta especie tiene lugar en primavera. Las flores masculinas se convierten en pequeños conos amarillentos y contienen el polen que es diseminado por el viento. Son las flores femeninas, con forma ovoide y color pardo, las que se convierten en piñas tras el periodo de maduración que suele llegar a finales del verano del segundo año, aunque los piñones no se producen hasta el tercer año.
En cuanto al aprovechamiento de su resina, durante la década de los 60 la actividad resinera vivió una época dorada en nuestro país: se recogían entre 40 y 50 mil toneladas de resina que daban empleo a cerca de nueve mil personas. Asimismo, esta actividad económica en España ha vivido un renacer durante los últimos años, motivado por la crisis económica, que ha provocado que los jornaleros de la resina vuelvan al bosque en muchas regiones para recolectar este producto. A pesar de que con la entrada en el negocio de la resina de gigantes económicos de la talla de Brasil y China, la actividad en nuestro país dejó de ser tan rentable como antaño y muchos resineros abandonaron su profesión porque resultaba muy dificultosa y escasamente retribuida. Sin embargo, desde 2010 la ocupación en este sector a nivel nacional se ha multiplicado por tres.
La extracción de la resina, conocida como resinación, es fundamental para la conservación de los pinares y del medio natural. La resinación consiste en estimular la producción de resina de los canales resiníferos del pino mediante diferentes técnicas que han evolucionado con el tiempo, pero todas consistentes en realizar incisiones en la corteza del pino y recolectar la resina que brota mediante diferentes útiles según la técnica. La campaña de la resina se inicia en torno al mes de marzo y concluye en noviembre, tras siete meses de duro trabajo.