El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, desde la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal, efectúa periódicamente evaluaciones de diversas zonas regables. Estos trabajos se desarrollan con la colaboración de los equipos técnicos especializados que TRAGSA tiene situados en el Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER), bajo la coordinación de la Subdirección General de Regadíos y Economía del Agua.
Los estudios realizados tienen por finalidad obtener y analizar información de las zonas regables para desarrollar y aplicar de la manera más eficaz posible el programa de mejora y consolidación de regadíos del Plan Nacional de Regadíos.
Actualmente el objetivo fundamental de la evaluación es la valoración de la sostenibilidad del regadío como medio de producción y forma de vida de sus habitantes. Para ello el trabajo debe contemplar los diversos aspectos relacionados con el uso del agua, la interacción con el medioambiente, los cultivos, la valoración económica de los productos y medios de producción y los condicionantes sociales. La evaluación permite conocer las deficiencias que presenta la gestión del agua en la zona así como establecer recomendaciones a tener en cuenta y subsanar dichas deficiencias con las actuaciones de modernización.
Dentro de los aspectos relacionados con el uso del agua se encuentran los parámetros de eficiencia analizados, que adquieren relevancia al observar la evolución de la actitud de la sociedad respecto de los regadíos y la competencia por el agua entre los distintos sectores.
La evaluación de zonas regables existentes, entendida en un sentido amplio, que contemple todos y cada uno de sus aspectos, sin perder de vista la valoración global de los mismos, nos permite hacer un diagnóstico de futuro de la misma.
Un regadío no será sostenible si sus producciones no son rentables o si los agricultores de las zonas regables abandonan, por distintos motivos, el medio rural o no existe relevo generacional.
El principio de sostenibilidad debe ser aplicado a la mejora y consolidación de las zonas regables existentes comprendiendo no solo la sostenibilidad medioambiental, sino también la sostenibilidad económica y social de la zona y de sus medios.
La realización de evaluaciones en zonas candidatas a su mejora y consolidación es una poderosa herramienta para la toma de decisiones, tanto en las alternativas técnicas a plantear, en la valoración de su oportunidad social y en la capacidad de pago que se tiene sobre el coste de la solución adoptada.
Finalmente resaltar que como elemento, último ó primero según se quiera, de la zona regable, tanto como medio de producción, como entorno ecológico, como forma de vida está el agricultor. Se trata del elemento más importante pero a menudo con motivaciones subjetivas y difícilmente evaluable por parámetros objetivos.