Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, se ven cada vez más amenazados por actividades humanas.
Los polinizadores permiten que muchas plantas, incluidos muchos cultivos alimentarios, se reproduzcan. Los polinizadores no sólo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que son indispensables a la hora de conservar la biodiversidad, un pilar fundamental para el Desarrollo Sostenible. También sirven para avisarnos de los riesgos ambientales emergentes, indicando la salud de los ecosistemas locales.