En España la institucionalización de la enseñanza agrícola no se inicia hasta la segunda mitad del siglo XIX, momento en el que se intenta dar impulso a varios proyectos de creación de centros de enseñanza agrícola. Así, en 1855, en virtud del Real Decreto de 1 de septiembre, se crea, dependiente del Ministerio de Fomento, la Escuela Central de Agricultura. Tras varios cambios de denominación desde su nacimiento, y mediante la Real Orden de 16 de julio de 1881, se pasa a denominar “Instituto Agrícola de Alfonso XII. Escuela General de Agricultura”. Según el Reglamento del Instituto Agrícola de Alfonso XII, la enseñanza impartida en la Escuela “tendrá por objeto formar Ingenieros agrónomos, Licenciados en Administración rural, Peritos agrícolas y Capataces agrícolas”. La Escuela se divide en cuatro secciones: Sección de Ingenieros Agrónomos, denominada también enseñanza superior; Sección de Licenciados en Administración Rural; Sección de Peritos Agrícolas, denominada también enseñanza profesional y Sección Elemental de Capataces.
Entre la documentación conservada en el Archivo Central de Agricultura y Alimentación, se localizan numerosas referencias a los materiales que se compran o son donados con destino a las escuelas agrícolas, como por ejemplo todos los equipamientos mecánicos o de laboratorio de los que disponían dichos centros para la práctica de los alumnos. Destaca, por la cantidad de información que proporciona y la lista tan detallada de utensilios con los que contaba, el “Inventario de los objetos en depósito en el Instituto Agrícola de Alfonso XII”, realizado en La Florida en diciembre de 1886, en el que se detallan los numerosos objetos y herramientas, como varios microscopios de Nachet de diferentes tamaños, pluvímetros, dinamometrógrafos, termómetros de esfera negra en el vacío, palas, guadañas, marcadores de ganado, frascos de varias capacidades o máquinas neumáticas, para las Secciones de Física, Química, Material agrícola, Micrografía y Meteorología.