El Camino Natural del Júcar discurre en paralelo al río que le da el nombre, recorriendo durante 220 km el tramo conquense del río, desde su nacimiento en la Serranía de Cuenca hasta el límite provincial entre Cuenca y Albacete. El río Júcar va modelando, a través de bellas hoces y sinuosos meandros, distintos paisajes que van desde los interminables pinares serranos hasta fértiles vegas cubiertas de cultivos.
En esta primera fase el Camino Natural del Júcar recorre, durante 12 etapas, complementadas con 4 ramales, el tramo del río que discurre por la provincia de Cuenca.
Además de los espectaculares paisajes de la Serranía de Cuenca o las hoces y meandros excavados por el río, el Camino Natural permite al viajero conocer la riqueza cultural y arquitectónica de la zona, con la monumental Cuenca (Patrimonio de la Humanidad desde 1996) o la Villa de Alarcón (Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico Artístico desde 1981) como principales referentes.
El río Júcar (Xúquer en valenciano), conocido por los romanos como Sucro y por los árabes como Xuqr, es el compañero de viaje durante prácticamente todo el Camino Natural desde su nacimiento en el estrecho del Infierno, alejándose de su cauce solo ocasionalmente. Las primeras etapas discurren en plena Serranía de Cuenca, por un paisaje agreste rodeado de naturaleza, y pasando junto a uno de los lugares más visitados de la provincia, la Ciudad Encantada.
Tras un pequeño tramo en que la vega del río es aprovechada por campos de cultivo, el río se vuelve a encajonar en un cañón hasta llegar a Cuenca, ciudad que bien merece pasar un tiempo conociendo. El camino se interna posteriormente en un continuo de campos de cultivo interrumpidos solo cuando el camino atraviesa algunos cerros cubiertos de bosque mixto mediterráneo.
El embalse de Alarcón es el protagonista de las siguientes etapas, discurriendo junto a su orilla prácticamente hasta llegar a la hoz en que se sitúa la villa de Alarcón, otra parada obligada en el itinerario. Recuperado de nuevo el cauce sin embalsar del río Júcar, las últimas etapas, hasta llegar al límite provincial entre Albacete y Cuenca, discurren enteramente por su ampliamente cultivada vega.
El Camino Natural del Júcar constituye un corredor de gran interés por su longitud y por la conexión de distintos municipios conquenses, permitiéndonos conocer muchas tradiciones y actividades de gran valor etnográfico en los que el río era protagonista: el transporte de la madera, los molinos, los puentes, los embalses y las antiguas fábricas de luz.
Este Camino Natural va a seguir creciendo en un futuro con la incorporación del tramo del río que discurre por la provincias de Albacete y de Valencia, hasta llegar a la desembocadura del río Júcar en el Mediterráneo en el municipio de Cullera.