De vuelta a las orillas del embalse de Alarcón, el Camino Natural va bordeándolo por un entorno esencialmente agrícola salpicado de algunas manchas de monte mediterráneo, encinares o pinares.
Partiendo del centro de Buenache, el camino arranca por la calle Isabel I de Castilla, en dirección oeste hasta llegar a la ermita de San Isidro, un templo sencillo en pleno casco urbano. La ruta gira entonces al sur, alcanzando la carretera CM-2100. Hay que caminar junto a la carretera durante cerca de 100 m y, aunque no es especialmente peligroso ya que es un tramo de vía urbana con buenos arcenes y un paso de cebra para cruzar, conviene tener precaución.
Se abandona la carretera por una pista de tierra que parte a mano derecha, en dirección sur. El camino se interna en seguida en un paisaje agrario de cultivos de cereal, con algunas fincas plantadas de árboles frutales, durante los siguientes 2 km. Al llegar a un cruce se continúa por el camino de la derecha en dirección sur, que, tras pasar junto a un pequeño pinar, vuelve al paisaje de cultivos, aunque esta vez los árboles, junto a algún viñedo, ganan en superficie al cereal.
La ruta se acerca al embalse, sin llegar a su orilla, aunque la lámina de agua será casi siempre visible cuando se mira a la derecha del camino. Se van dejando atrás diferentes cruces con otras pistas de menor entidad que se deben obviar, hasta que tras algo más de 3 km el camino cambia de dirección, continuando hacia el noreste. A lo lejos, sobre una de las colinas que se ven al fondo, se puede ver la torre de un telégrafo óptico que perteneció a la misma línea que la de Valverde de Júcar (Etapa 9-10).
El camino llega hasta la carretera CM-2100 y discurre paralelo a ella, en el lado de la izquierda, durante 200 m (mucha precaución), abandonando el asfalto al llegar junto a la fuente de la Cañada. La ruta lleva ahora en dirección sur, pegándose a las orillas del embalse. Una indicación avisa de que esta zona puede estar inundada, así que es importante cerciorarse de la altura del agua antes de comenzar a recorrerla.
El camino va bordeando el embalse, entre la lámina de agua a mano derecha y formaciones vegetales con pinos y matorral mediterráneo a la izquierda. Tras aproximadamente 3,5 km se llega a un desvío que lleva a Olmedilla de Alarcón, pero el camino continúa pegado al embalse. Con el mismo tipo de paisaje que en el tramo anterior se alcanza, tras casi 4 km, una estructura muy particular, una pequeña semicircunferencia de piedra con una columna en el centro que se construyó en 2010 en recuerdo de Gascas, una población que quedó anegada por las aguas del embalse de Alarcón.
De vuelta al paisaje agrícola, se camina entre fincas de cultivo, dejando a un lado unos edificios de un alojamiento rural y llegando a un paseo asfaltado entre pinos que lleva hasta la carretera N-III. Se debe cruzar la carretera con mucha atención ya que, a pesar de haber buena visibilidad, los vehículos pueden ir bastante rápido.
Al otro lado de la N-III se toma una pista de tierra que conduce hasta la carretera que discurre hacia Alarcón. Sin llegar a la carretera, el camino se desvía a mano derecha por un sendero peatonal que desciende, protegido por talanqueras de madera, por un barranco que llega hasta el cañón del río Júcar. La bajada va dejando preciosas panorámicas de la monumental Villa de Alarcón y de la Torre de los Alarconcillos y al llegar a la altura del río se pueden aprovechar unos bancos de madera instalados para tomar un descanso y disfrutar de la vista.
El camino continúa junto al borde del río y llega hasta la presa del Henchidero y las antiguas instalaciones de su central hidroeléctrica. La hasta ahora pista de tierra se vuelve asfaltada (y vuelve a tener tráfico compartido con vehículos) mientras la ruta comienza el ascenso hacia Alarcón. Este camino va rodeando el meandro sobre el que se sitúa Alarcón.
Se deja a un lado el puente de Tébar (una infraestructura originalmente medieval pero modificada en siglos posteriores), que lleva al otro lado del río y permite acceder a la torre de los Alarconcillos o la de Cañavete se entra en un pinar y se pasa bajo una de las antiguas puertas de entrada al conjunto amurallado, la llamada Puerta del río.
La etapa concluye tras terminar la subida, junto a un aparcamiento y la calle de bajada al cementerio, pero se recomienda al viajero pasear por las calles de Alarcón y descubrir el patrimonio histórico de esta villa que aún conserva un aire medieval.
El municipio manchego de Olmedilla de Alarcón se encuentra situado en la provincia de Cuenca, más concretamente en la comarca La Manchuela, junto a la ribera del río Júcar, a pocos kilómetros del Embalse de Alarcón. Su nombre se debe a la vegetación característica de la zona, el olmo (ulmus), y su sobrenombre sirvió para indicar la pertenencia del pueblo a la jurisdicción de Alarcón.
En relación a su historia, se han encontrado, a pocos kilómetros del núcleo urbano, los restos de una necrópolis ibérica. Restos de cerámicas y fíbulas que indican el origen prerrománico de la localidad. Pero no es hasta la repoblación de la provincia de Cuenca, bajo las tropas del rey Alfonso VIII, y la conquista de Alarcón en 1184 que se consolida esta villa, pasando a formar parte del señorío de Alarcón.
Destaca la Parroquia de San Pedro y San Pablo, construcción realizada a principios del siglo XVIII. Está conformada por una única nave y en su interior destacan diversas pinturas al fresco con alegorías a la batalla de Lepanto (1571). La antigua pila bautismal, de estilo románico, actualmente se encuentra preservada en el Museo Arqueológico de Cuenca. En el exterior, un pórtico de medio punto y una espadaña de dos cuerpos realizada con sillería.
En la localidad también se puede visitar el parque municipal, que cuenta con una imponente entrada conformada por varios arcos y el escudo de la localidad impreso en los adoquines, la fuente situada en su calle homónima, la Plaza Mayor, en la cual se levanta el Ayuntamiento (un edificio moderno con dos plantas y una balconada sustentada sobre columnas de piedra) o el puente de piedra situado encima del Arroyo de la Hoz.
Como curiosidad, este pequeño pueblo conquense cuenta con 3 parques fotovoltaicos, que suman una superficie de 320 hectáreas y generan una potencia de más de 65 mw, que equivale a la cantidad de energía que consumen 35.000 personas en un año. El primer huerto solar de la localidad se instaló en el año 2015, por entonces el mayor de Europa, pero que actualmente se ha quedado pequeño en comparación con los otros dos parques del municipio.
En cuanto a sus fiestas, a mediados de agosto (entre el 13 y el 19 de agosto) se celebran las fiestas patronales dedicadas a San Roque, y las fiestas de El Niño dedicadas al niño Jesús (3er domingo de enero).
A orillas del embalse de Alarcón, en el término municipal de Olmedilla, se halla un monumento que recuerda al desaparecido pueblo de Gascas de Alarcón. Se trata de un monolito, realizado en piedra, que sirve como homenaje para el recuerdo de una antigua población conquense, Gascas de Alarcón, que quedó sepultada bajo las aguas del río Júcar tras la construcción de la presa del Pantano de Alarcón.
El pueblo de Gascas fue fundado durante el periodo de reconquista y repoblación de la provincia de Cuenca, bajo el reinado de Alfonso VIII. Un territorio que fue cedido a soldados de la Gascueña, condado del suroeste de Francia en manos de la esposa de Alfonso VIII, Leonor de Plantagenet (hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania).
Estos colonos llamaron Gascas en recuerdo a su origen. Se asentaron en la península desde finales del siglo XII, dedicándose principalmente a la agricultura y al cultivo de regadío, gracias a las aguas tanto del río Júcar como del Arroyo de Gascas, que actualmente también se encuentra sumergido bajo el embalse.
La construcción del embalse provocó que el pueblo tuviera que ser abandonado antes de 1951, y actualmente, en los meses de verano, cuando desciende el nivel de agua del pantano, se pueden observar parte de sus muros y ruinas. Todos los años, desde la inauguración del monumento en 2010, se celebra un homenaje en el municipio conquense de Olmedilla de Alarcón, con la posterior misa acaecida a orillas del embalse.
- Se circula principalmente por pistas con acceso a fincas agrícolas y establecimientos rurales, por lo que hay cierto riesgo de atropello.
- Existen dos discontinuidades estacionales en que el Camino Natural no es transitable si las aguas del embalse de Alarcón están muy altas. Es recomendable informarse de la situación antes de emprender el itinerario.
- Precaución en el cruce de las carreteras CM-2100 y N-III.
- Existe un porteo de alrededor de 15 minutos que discurre por senda peatonal de firme irregular con cierto peligro de caída.
-Infórmate sobre los aspectos técnicos de la ruta y sobre la meteorología del día.
-Cuida del medio ambiente. Procura no molestar a los animales ni deteriorar la vegetación. Respeta las zonas privadas.
-Debes dar prioridad a los peatones y cumplir con las normas generales de circulación.
-El entorno por el que vas a circular es abierto, de libre circulación y escenario de múltiples actividades (deportivas, forestales, ganaderas y agrícolas). Mantén una actitud comprensiva, prudente, responsable y respetuosa.