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Ribota
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Se trata de una pequeña localidad ubicada al nordeste de la provincia de Segovia y que se localiza en una pequeña elevación existente entre los ríos Valviejo y Riaza, que brotan de la vecina sierra de Ayllón y que confieren al pueblo de un entorno natural privilegiado.
A su término municipal pertenece también la ya despoblada aldea de Aldealázaro, de la que aún se conserva la iglesia. El desarrollo de la localidad ha estado fuertemente ligado a la ganadería y la agricultura, que empleaban a buena parte de la población del municipio. La progresiva decadencia de este sector, así como la industrialización de las grandes urbes supuso para Ribota, al igual que para otros municipios de la zona, una importante pérdida poblacional a mediados del siglo pasado.
Paseando por las calles de esta pequeña localidad segoviana es posible toparse con edificios típicos de la arquitectura popular en los que los revestimientos de muchas construcciones están hechos mediante una mezcla de barro y mortero de cal sobre mampostería de caliza rojiza, sillería y sillarejo en esquinas y aristas.
Entre su patrimonio destaca la iglesia dedicada a San Juan Bautista Degollado, que consta de dos naves con cubiertas de madera, pórtico y espadaña. En su interior se encuentra una pila bautismal que data del siglo XVIII, así como varios retablos de considerable importancia de los que sobresalen los tres de estilo neoclásico que se encuentran en la cabecera de la parroquia.
La localidad celebra a finales de mayo y de septiembre sus fiestas patronales en torno a la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, un edificio que consta de dos plantas y está construido en adobe y en cuyo interior se encuentra una talla de madera de la virgen de origen románico.