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Escatrón
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En la Ribera Baja del Ebro, a menos de una hora de Zaragoza se encuentra Escatrón, una pequeña población situada entre dos ríos: el Ebro y el Martín.
El origen de este pueblo se remonta al siglo III a.C. como así atestiguan los asentamientos más antiguos encontrados en el paraje de Cabezo de Muel, donde se han hallado restos de cerámica ibérica y romana, de estilo campaniense. Antiguamente, sin embargo, recibía el nombre de Scatro, denominación que, según los expertos, provendría de la palabra latina castro, refiriéndose a un campamento militar encargado de controlar la desembocadura del río Martín.
Estuvo bajo dominación árabe hasta la reconquista de Alfonso I el Batallador en el año 1133 y, años más tarde, en 1182, el rey Alfonso II donaría la villa así como el castillo, los términos y población de Escatrón a la orden del Císter a fin de que se construyera el que luego resultó ser el Monasterio de Rueda. En la villa convivieron durante muchos años varias religiones y culturas, aunque siempre predominó la cristiana y, en 1610 los moriscos serían expulsados de allí.
También fue escenario de algunas batallas, siendo tomada por el ejército francés en 1809 y, posteriormente ocupado por los carlistas en 1835 durante las guerras Carlistas y, en marzo de 1938 el ejército de Franco tomó de nuevo la villa. Durante el siglo XX hasta Escatrón llegó el ferrocarril minero e, incluso, se construyó una central termoeléctrica que ya no está en funcionamiento.
El patrimonio que atesora la población es numeroso, comenzando por su propio casco viejo lleno de callejuelas que suben y bajan y en las que encontramos casas de diferentes tipologías y tamaños donde destacan nobles caserones con balcones corridos y aleros salientes. Llama la atención el conocido como Barrio Verde, ejemplo de los tiempos en que convivieron cristianos, musulmanes y judíos. Precisamente aquí era donde se ubicaba la judería.
Uno de los principales tesoros de Escatrón es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Bien de Patrimonio Cultural de Aragón. Aunque tiene un origen algo incierto, podemos asegurar que es una construcción de estilo barroco y planta jesuítica con tres capillas renacentistas pertenecientes a un templo anterior. Igualmente destaca la emita de Santa Águeda, de interesantes proporciones y planta rectangular. Rodeada de peirones, que muestran el camino de las Estaciones y del Calvario, es un lugar privilegiado donde admirar una panorámica de la plaza de la villa, así como de la iglesia y el Ayuntamiento. Ostenta también la declaración de Bien de Interés Cultural.
Mención aparte merece el Monasterio de Rueda, Monumento Nacional desde 1924. Pertenecía a la orden cisterciense y las obras, que comenzaron a partir de 1202 se demoraron varios siglos, siendo en la segunda mitad del siglo XIV cuando se deja cerrado el conjunto medieval. El Gobierno de Aragón acometió la restauración del conjunto que terminó en 2003 siendo actualmente posible visitar todo el complejo e incluso alojarse en él.
En cuanto a las celebraciones Escatrón celebra las fiestas mayores de la villa el 5 de febrero en honor de Santa Águeda. Durante las mismas tiene lugar la procesión de los panes benditos, donde las solteras del municipio vestidas con un traje de labradora llevan canastillos repletos de panes. A mediados de agosto son las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque que culmina con la conocida “cena de la vaca”.