La perineumonía contagiosa bovina (PCB) es una enfermedad epizóotica que provoca numerosas pérdidas económicas y cuyo agente etiológico es Mycoplasma mycoides subsp. mycoides. Los micoplasmas carecen de la típica pared celular de las bacterias. En su lugar, se rodean de un polímero de galactosa (galactano) a modo de cápsula. Esto da origen a su pleomorfismo, a su resistencia a ciertos antibióticos como la penicilina y a no teñirse con la tinción de Gram. La PCB afecta a ganado bovino y cebú, pudiendo infectar ocasionalmente al búfalo asiático. Los camélidos y bóvidos salvajes son resistentes. Se ha descrito su presencia principalmente en el África Subsahariana, Portugal, Kuwait, Oriente Medio y zonas de Asia. Se conocen 3 formas clínicas principales de la enfermedad (aguda, subclínica y crónica), apareciendo un cuadro de neumonía con posibles lesiones tisulares como son la necrosis pulmonar, inflamación de los ganglios y aspecto marmóreo de los pulmones
La principal causa de la transmisión es el contacto directo de animales susceptibles (especialmente manifestación subclínica al estar enmascarado) mediante la inhalación, aunque también por aerosoles de secreciones nasales y orina. Del mismo modo, también se puede transmitir por infección transplacentaria.
Se encuentra incluida como enfermedad de notificación obligatoria inmediata (antes de 24 horas desde su detección) tanto a nivel internacional a través de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), como a nivel de la Unión Europea, donde está incluida como enfermedad de categoría A.
España es territorio libre de PCB. Actualmente, la enfermedad está bajo vigilancia y prevención, que implica una vigilancia clínica y a nivel de mataderos de los casos sospechosos.