Probablemente el proyecto de este trazado ferroviario entre Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda es uno de los primeros de España, ya que la concesión de permiso para su construcción es de 1830. Aunque también se utilizó para el transporte de personas, la principal función de este tren fue el transporte de una valiosa mercancía: el vino de Jerez, especialmente hacia Inglaterra.
El recorrido comienza a las afueras de Rota, avenida de la Libertad, en una explanada entre las rotondas de entrada al municipio, por la carretera CA-603 (ahora A-2075) y la de la Avenida de la Libertad. Desde este punto es posible continuar el camino hacia Rota durante 1,7 km, ya sea mediante el carril bici que lleva hasta la estación de autobuses, o continuando por la Avenida de la Libertad (y después la Avenida María Auxiliadora) hasta el parque El Mayeto. Rota es un pequeño pueblo costero, cuyos habitantes se han dedicado tradicionalmente a la agricultura (o “mayetería”, como ellos la denominan), a la pesca y, más recientemente, al turismo, por sus excepcionales playas.
En su primer tramo la ruta transcurre entre huertas familiares y campos agrícolas, principalmente algodonales, separados del Camino Natural por retamas, falsas acacias (Robinia pseudoacacia), hinojos (Foeniculum vulgare) y algún pequeño bosquete de eucaliptos (Eucalyptus sp.), donde siempre se observan las aves más comunes, como gorriones (Passer sp.) y cogujadas (Galerida cristata), entre otras, y tal vez alguna que otra gaviota, por la cercanía al mar. No obstante, hay en la vía multitud de indicios que señalan la presencia de conejos (Oryctolagus cuniculus), por lo que tal vez alguno cruce el Camino al paso del visitante.
El Camino salva, mediante tres pasarelas, dos carreteras (la A-491 y la A-2077) y un arroyo.
Casi al final del recorrido, hay un enorme silo abandonado donde se observa una gran cantidad de tórtolas turcas (Streptopelia decaocto), ave que ha ido colonizando paulatinamente la península, y que probablemente aniden en el mismo. Tras el silo se cruza el camino asfaltado “Hijuelo de la Tía Pepa” y se continúa hasta avistar “Costa Ballena”, un complejo turístico de grandes dimensiones rodeado de campos de golf que pertenece al municipio de Rota, desde donde es posible ir hacia Sanlúcar por un carril bici. El Camino Natural Vía Verde de Rota termina en el cruce con un camino rural que parte del km 4,05 de la A-491, aunque es posible continuar la ruta por la Costa de la Luz gracias al Camino Natural Vía Verde Entre Ríos que parte de este mismo punto.
En Rota merece la pena acercarse a las playas tanto por su belleza como por la existencia de un monumento natural único: Los Corrales de Rota, unas construcciones artesanas de pesca en la zona intermareal que datan de la época romana.
Su funcionamiento es extremadamente sencillo pues, cuando sube la marea, los muros del corral quedan por debajo del agua, lo que facilita la entrada de peces en el recinto y durante la bajamar, los peces atrapados dentro de los corrales son fácilmente capturados por pescadores y mariscadores.
La mayetería es un tipo de agricultura tradicional característico del municipio de Rota. Este tipo de agricultura roteña ha sido históricamente reconocida por la calidad de sus productos. Se decía que de las pequeñas huertas que los mayetos cultivaban salían los mejores tomates y calabazas de España. Eso, y su selecta uva tintilla, eran el mayor orgullo de los roteños en los años cincuenta.
La mayetería no sólo era un tipo de agricultura, sino también un tipo de vida asociado, denominándose mayetos, a los que lo practicaban. El nombre hacía referencia al mes tempranero en que se recogían las cosechas de las huertas, mayo, un mes antes que en el resto de explotaciones, gracias al mimo que los mayetos dedicaban a sus huertas, y sus característicos suelos y clima, unas veces seco otras húmedo, dependiendo de la dirección del viento. Los suelos eran pobres pero muy permeables y frescos, y además se enriquecían con el abono orgánico de sus ganaderías. El trato con el huerto era permanente. Se dice que el mayeto tocaba continuamente sus hortalizas.
El origen de este tipo de explotación es árabe, así como sus edificaciones, muy características, y que recuerdan a las barracas levantinas. La choza originaria de un mayeto era rectangular, edificada con maderas y cañizos, con techo de juncos o de pastos vanos secos, e incluso algas secas, asociado a un minifundio. La casa se construía orientada al sur, buscando la luz, y dando la espalda a los fríos vientos del Norte. Normalmente se cocinaba en el exterior, que es donde estaban también las cuadras. En estas se podían encontrar mulos o bueyes con los que se araba; vacas y cabras que se ordeñaban, gallinas y conejos.
Sin embargo, en 1953 todo este modelo cambió. Unas 250 ha de minifundios (casi un tercio de la superficie total del municipio) fueron desplazadas a suelos menos fértiles como consecuencia de la implantación de la base militar estadounidense más importante de Europa. Esto trajo consigo, no sólo un cambio cultural y social de Rota, sino una transformación del modelo económico existente. A día de hoy se estima que el impacto económico anual de la base militar sobre el municipio ronda los 600 millones de euros. A finales de los años 70, el turismo y la urbanización asociada, terminaron por rematar la desaparición de este modelo agrícola tradicional.
Actualmente existe un Centro de la Mayetería en Rota, situado en el Camino de Santa Teresa, en cuyas dos hectáreas se puede disfrutar de aquel modelo tradicional que se extendía por Rota, Chipiona y Sanlúcar