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¡AVISO IMPORTANTE:
Por razones ajenas al Programa de Caminos Naturales y debido al estado de conservación en que se encuentra el Camino Natural Vía Verde de la Jara y a los serios problemas de seguridad que se derivan de esta circunstancia se informa del CIERRE TEMPORAL DEL CAMINO NATURAL DEL TAJO en su tramo coincidente con el Camino Natural Vía Verde de La Jara (entre el apeadero de Silos, en Calera y Chozas, y Aldeanueva de Barbarroya). Se avisará oportunamente de los cambios en este itinerario, y en tanto se mantenga esta situación no está permitido circular por este tramo, siendo de total responsabilidad de los que no respeten esta advertencia cualquier accidente o incidencia que se pueda producir.
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En esta etapa, el Camino Natural del Tajo comparte recorrido con el Camino Natural Vía Verde de la Jara que conduce por los espectaculares paisajes del embalse de Azután, en un antiguo trazado ferroviario con múltiples túneles y con el altísimo puente sobre el propio embalse.
El itinerario sale del extremo sur de Calera y Chozas, junto a un parque infantil en el que se puede consultar un cartel informativo de la etapa. A los pocos metros se cruza un puente por debajo del cual discurre el camino natural Vía Verde de la Jara, al que se une unos kilómetros más adelante.
La pista es amplia y conduce sin muchas curvas hacia el río. Esta parte es compartida entre las etapas 26 y 27.
Ya desde estos primeros metros las fincas de cereal y de maíz, así como las acequias usadas para su regadío, bordean el camino. Llegados al punto de cruce de las dos etapas, el viajero debe seguir de frente, dejando a su izquierda el camino que conduce, río arriba, hacia Talavera. En su recto discurrir, el camino se acerca hacia el río, sin llegar a alcanzarlo de pleno por cruzarse, decenas de metros antes de llegar a la orilla, con una vía asfaltada de buen firme y con carriles bien marcados. Aquí, el recorrido gira a la derecha en el cruce con esta carretera, por cuyo arcén se recorren unos 3,5 km. La carretera va virando ligeramente en dirección al noroeste alejándose del río, para atravesar poco después el arroyo de la Alameda, que baja con abundante caudal, ya a pocos metros de su desembocadura en el Tajo.
El camino abandona la carretera girando a la izquierda en un cruce y transformándose en una pista agrícola, flanqueada de acequias y campos de regadío. Tras varios quiebros perfectamente señalizados y el paso por el puente sobre el canal Valserrano, comienza un sutil ascenso de la vega del río que concluye en la confluencia con la carretera CM-4160. A partir de aquí, y girando a mano izquierda, de nuevo se circula por el arcén de esta vía asfaltada durante 1,5 km. Superada esta distancia, en la bifurcación se ha de tomar el camino que parte desde la derecha de la carretera para, tras un corto tramo, alcanzar el camino natural Vía Verde de la Jara que ya se había intersectado a la salida de Calera y Chozas. La entrada a la vía no podría ser más espectacular; como si se pretendiese subir al tren el caminante llega al apeadero de Silos, donde encontrará puntos de información y descanso perfectamente acondicionados.
Desde aquí, el recorrido se sumerge en la historia de uno de los ferrocarriles más emblemáticos de la zona. Ya desde los primeros metros se siente que el paraje tiene algo peculiar; el continuo paso bajo los puentes de piedra con perfectos arcos, el encajonamiento del camino bajo altos taludes y la aparición del río a la izquierda, sin previo aviso, con amplio caudal. Ésta es la zona dominada por el embalse de Azután. A lo largo del tramo se encuentran zonas de descanso, fuentes (de las que se desconoce su potabilidad) y numerosos miradores. Las encinas (Quercus ilex) y los bolos graníticos de la zona le dan un aspecto al ambiente de dureza y cierta inaccesibilidad.
Las vistas sobre el embalse y los túneles van sucediéndose paso a paso. Es significativo resaltar que los túneles están sin iluminar por lo que es importante mantener la atención debido al frecuente paso de ciclistas.
La salida del tercer túnel desde Silos se emplaza en la parte más espectacular de la etapa y posiblemente de la zona: el puente del ferrocarril sobre el embalse de Azután. De imponente planta, y de varias decenas de metros, supone un magnífico mirador desde el cual observar el embalse y las profundas laderas que encajonan al río.
De vuelta a “tierra firme”, se puede reponer fuerzas en las áreas de descanso habilitadas en la zona. La distancia hacia el final de la etapa se va acortando y cuando quedan menos de un par de kilómetros ya se observan las primeras casas de Aldeanueva de Barbarroya. El tramo final de la ruta retorna a un paisaje agrario, de cereales y olivos. La entrada a la localidad y el final de la etapa, como si de un paseo en tren se tratase, se realiza por el apeadero del pueblo, en el que hay unos bancos y una fuente. Abandonando “las vías” en un cruce hacia la izquierda se llega al final de la etapa.
El caminante transita en esta zona final por el Lugar de Interés Comunitario (LIC), la Zona Especial de Conservación (ZEC) y la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) denominado “Ríos de la Margen Izquierda del Tajo y Berrocales del Tajo”.
Se trata de cursos fluviales, afluentes del río Tajo por su margen izquierda, que tienen su nacimiento en los Montes de Toledo y discurren por la superficie de la comarca de la Jara. Éstos excavan profundos surcos y originan pequeños cañones sobre sustratos de granito, conformando un hábitat idóneo para la nidificación de aves rupícolas como el águila azor perdicera (Hieraaetus fasciatus) o la cigüeña negra (Ciconia nigra).
En cuanto a la vegetación, destacan las formaciones de vegetación riparia arbórea y arbustiva, destacando las fresnedas en los tramos altos y las alamedas, saucedas y tamujares en los tramos medio y bajo.
Destaca el berrocal de Aldeanueva de Barbarroya, de gran extensión, con vegetación casmofítica de gran valor. Estas plantas son aquellas cuyas raíces crecen en el material de relleno de las grietas del sustrato.
Conocido popularmente como Ciudad de Vascos, se trata de un yacimiento de origen musulmán del siglo X. Aunque los restos descubiertos no llegan al 10 por ciento de la antigua ciudad, si puede verse la alcazaba en la parte norte y una mezquita, restos de dos cementerios extramuros, además de numerosos restos de los arrabales.
La ciudad se encuentra dentro de una finca privada, y sólo es visitable los sábados por la mañana desde el 16 de mayo al 31 de enero, estando el resto del año cerrado su acceso. El nombre de Vascos le viene dado desde el árabe Basak, forma en que se denominaba al distrito de Talavera de la Reina.
Además de su valor patrimonial se encuentra enmarcado en un paraje de gran riqueza natural y paisajística. Existe proyectado un embarcadero que dará servicio a las visitas a este enclave.