Este Camino Natural recupera para su uso recreativo parte del trazado del antiguo ferrocarril de Carcaixent a Dénia, llevando al viajero desde Carcaixent en la comarca de la Ribera Alta hasta Tavernes de la Valldigna en la comarca de La Safor, todo al amparo de las sierras de les Agulles y de la Murta.
El trayecto comienza enfrente de la estación de Cercanías de Carcaixent, junto al aparcamiento de la misma. Antes de comenzar la marcha, es recomendable acercarse al Magatzem de Ribera (almacén de Ribera), un particular edificio modernista inaugurado a principios del siglo XX como almacén para el comercio de la naranja.
Sin abandonar el casco urbano, arranca este primer tramo del Camino, por lo que es conveniente extremar las precauciones en los cruces de calles y, si se utiliza la bicicleta, tener siempre en mente que se va a compartir el trayecto con vehículos motorizados. La ruta sigue por el Carrer de les Corts Valencianes, junto al polideportivo municipal; sobrepasa una rotonda donde la calle cambia de nombre a Avinguda de les Germanies, y continúa junto al parque municipal Navarro Darás.
En la siguiente rotonda se toma a la izquierda el Carrer Sebastian Hernandez que pasa a ser, más adelante, Avinguda de la Vieta (llamada así en referencia al Trenet). Continuando por esta calle se alcanza el final del tramo urbano, al que acompaña una nueva evidencia del antiguo trazado del tren: unas señales ferroviarias situadas a la entrada de una rotonda, junto el Carrer de Gandia.
El Camino Natural es interrumpido momentáneamente por la carretera CV-570, recuperándose pasado un kilómetro a la derecha de la carretera mencionada. Antes de continuar por la antigua plataforma ferroviaria, un ramal que parte a mano izquierda permite llegar hasta Alzira o venir desde esta población y su estación de tren.
Durante los siguientes 400 m se transita en paralelo a la carretera, entre los muros de una explotación agrícola y las talanqueras de madera que protegen de la misma (si se viaja en bicicleta este tramo debe hacerse porteando la bici). El itinerario discurre por una cota superior a la de la carretera, lo que permite mirar sobre los cultivos a la izquierda, llegando a verse a cierta distancia, hacia el norte, la localidad de Alzira. En esta singular panorámica destaca la colina sobre la que se sitúa el Real Santuario de Santa María del Lluch y, por supuesto, la Serra de La Murta al noreste.
Pasado este tramo, el Camino Natural se adentra en una pista que permite, de forma sencilla, avanzar, entre cultivos de naranjos y alguna huerta, debido a su buen ancho. El cultivo de cítricos será una constante durante los próximos 3 km, salvo en algunas ocasiones en que los naranjos no le han ganado el terreno al pinar que cubre la sierra al sur del camino. Otra constante en una buena parte del trayecto es el Barranc de l’Estret, que discurre a la izquierda en paralelo al camino. Esta denominación hace alusión al paraje en el que se interna, donde las sierras de Carcaixent y las de Alzira se encuentran más próximas.
El Camino vuelve a interrumpirse por la presencia de la CV-50, volviendo a aparecer 1,5 km después a la izquierda de la calzada, junto a una de las antiguas casetas guardabarreras. Estas sencillas construcciones eran utilizadas para dar cobijo a los encargados de abrir las barreras de los pasos a nivel. Poco después, el paisaje se abre a una amplia llanura donde las plantaciones de naranjos siguen siendo protagonistas, junto con la presencia de algunas casas, y se encuentra próxima La Barraca d’Aigües Vives (una entidad de ámbito territorial inferior al municipio perteneciente a Alzira).
A continuación, tras cruzar el barranco de la Falsía junto a un almacén de cítricos, el Camino pasa a ser de uso compartido con vehículos de motor, discurriendo por el carrer de l’Estació, que como su nombre indica, llega hasta la antigua estación de La Barraca d’Aigües Vives. Por este motivo se recomienda al usuario extremar las precauciones. Los alrededores de esta estación se han convertido en un parque, y el único edificio existente funciona ahora como centro sociocultural.
Tras abandonar la estación por un paisaje similar al que se llegó, entre chalets y naranjos, se llega al borde de la carretera CV-50. Pocos metros antes, se pueden observar en el suelo los restos de las vías por las que circulaba el Trenet y otra caseta de guardabarreras. El Camino sobrepasa el Barranc de l’Estret rodeando una pequeña mancha de pinar para volver a cruzarlo más tarde, llegando de nuevo a la carretera CV-50, que marca una nueva interrupción del Camino Natural.
Al otro lado de la carretera aflora de nuevo el trazado del Camino, en las proximidades del apeadero de Aguas Vivas, una sencilla edificación construida para dar servicio a la Colonia Infantil Nuestra Señora de Aguas Vivas, un preventorio antituberculoso de mediados del siglo XX.
La ruta continúa por un paseo entre pinos, paralelo a la carretera (hay que ser muy cautos en el primer cruce tras el apeadero, pues es el acceso a un hospital y tiene bastante tráfico), dejando a mano derecha el desvío al Real Monasterio de Santa María de Aguas Vivas, un antiguo monasterio de agustinos que se remonta al siglo XIV, pero que pasó a manos privadas con la desamortización de Mendizábal.
Es conveniente indicar que, desde la estación de La Barraca d’Aigües Vives, el Camino Natural discurre en paralelo a otra importante ruta cultural de la Comunitat Valenciana: el GR-236 o Ruta de los Monasterios. Inaugurada en 2008, su nombre le viene porque une cinco históricos monasterios de las comarcas interiores de la provincia de Valencia, entre ellos el mencionado de Aigües Vives y el de Santa María de la Valldigna, del que se hablara más adelante.
Tras pasar una carretera de acceso a las urbanizaciones de la zona, se recobra de nuevo el antiguo trazado del ferrocarril, que discurre durante algunos metros por una trinchera excavada por debajo del nivel del suelo. Durante los siguientes 2 km, se vuelve a transitar entre frutales, aunque los naranjos son sustituidos por caquis. En este segmento el viajero cruzará diferentes pasarelas de madera que salvan barrancos (barranco del Cremenser y de Los Muertos) dejando atrás una nave abandonada.
Los siguientes 500 m suponen un nuevo cambio de paisaje, con el trazado encajándose en una trinchera con altas paredes e internándose en un denso pinar en la zona conocida como el Portitxol, paso natural donde la Ribera Alta se une con La Valldigna. Durante este tramo encajonado, es notoria la existencia de unas particulares estructuras que servían como refugio para los encargados del mantenimiento de las vías en los momentos en que pasaba un convoy mientras estaban en la plataforma ferroviaria.
Dejando atrás la trinchera, y ya en la comarca de La Safor, se puede hacer un alto en un área de descanso próxima al edificio en ruinas de las antiguas caballerizas utilizadas cuando el tranvía inicial era tirado por caballos. A partir de este punto se deja atrás, definitivamente, el desmantelado trazado ferroviario para continuar por vías pecuarias y caminos rurales asfaltados. Hay que tener precaución, puesto que la mayoría del recorrido se va a hacer en caminos de uso compartido con vehículos a motor, entre muros y vallados de explotaciones agrarias y con varios cambios de dirección con poca visibilidad.
Después de una bajada se conecta con la Colada del Portixol a la Muntanya del Castell, que se sigue a mano derecha. Avanzando por esta vía pecuaria hasta cruzar el barranco del Cremenser (como otros barrancos de la zona, este vado puede ser intransitable en época de crecidas), se continúa por la Colada del Pla al Castillo de Benifairó de la Valldigna, que se abandona a mano izquierda tras apenas 360 m. Este cambio de dirección permite avistar a lo lejos las primeras casas de Simat de la Valldigna.
Esta población, al igual que las otras por las que se va a pasar (Benifairó y Tavernes), está íntimamente ligada a la fundación del monasterio de Santa María de la Valldigna. La zona estaba poblada por musulmanes hasta su conquista por Jaime I de Aragón, a mediados del siglo XIII. A finales de siglo, el valle fue donado al Císter, que fundó el monasterio. Siguieron conviviendo cristianos y moriscos en La Valldigna bajo las órdenes del abad del monasterio hasta la expulsión de los últimos, a principios del siglo XVII. Con la desamortización de Mendizábal (1835) se abandona el monasterio, que queda en manos particulares y comienza su deterioro y expolio hasta que la Generalitat Valenciana lo adquiere en 1991.
El Camino desemboca poco después en la Avinguda Font Menor de Simat, que hay que cruzar (el ciclista ha de cruzar a pie, o seguir por la calle a mano derecha hasta una rotonda donde cambiar de sentido) y continuar por un carril de uso compartido por peatones y ciclistas que discurre por la Avinguda de la Valldigna hasta llegar junto a una rotonda. Desde este punto parte una alternativa que, pasando por Benifairó de la Valldigna, vuelve a conectar con el itinerario principal un par de kilómetros más delante de este punto.
Después de cruzar el puente sobre el río Vaca (cauce que acompaña al Camino Natural en buena parte de lo que queda de recorrido y que es uno de los elementos más característicos del valle,) se llega a otra rotonda. Y, aunque el itinerario continúa tomando la tercera salida, el monasterio de Santa María de la Valldigna queda a apenas 200 m. Es una visita recomendable para aprender la historia de esta zona de La Safor (más información y horarios en https://monestirvalldigna.gva.es/es/).
De vuelta al paisaje de cultivos de cítricos a ambos lados del camino (compartido con tráfico motorizado), se continúa recto, obviando todos los desvíos a derecha e izquierda, hasta pasar por otro vado inundable, justo después del punto donde la alternativa de Benifairó conecta con el itinerario principal.
Es momento de cruzar el barranco, tras lo cual se sigue aún unos cientos de metros por el mismo Camino, con las vistas del castillo de Marinyén (una antigua fortaleza musulmana) al frente, sobre una escarpada cima. Se gira a mano izquierda por el primer desvío, abandonando el sendero que llevaría al inicio de la ruta de subida al castillo, para continuar por un camino que, tras cruzar el barranco del Castell, gira a la izquierda y después a la derecha, situándose en paralelo al río Vaca.
Después de pasar un cruce junto a unos edificios de una explotación agrícola, el Camino Natural se diferencia de la pista con tráfico compartido, continuando por un sendero de zahorra que discurre por su derecha, separado por unos postes de madera. Aunque los postes de madera ofrezcan cierta protección, hay que tener cuidado en cruces o en las entradas a fincas. A medio kilómetro el trazado se acerca a un antiguo molino, momento en que el sendero cambia de lado, situándose a la izquierda. El sendero diferenciado desaparecerá a los pocos metros de pasar junto a la subestación eléctrica de Tavernes de la Valldigna.
El viajero deja a la izquierda el primero de los accesos a Tavernes, un vado de hormigón y, después de unos 350 m, gira a la izquierda entre unas naves industriales, pasando por un puente sobre el río Vaca. Superado el puente, se vuelve a girar a la izquierda para tomar un carril bici que va rodeando Tavernes, entre el río y la Avinguda Corts Valencianes. El Camino gira entonces hacia el norte, abandonándose definitivamente la compañía del río Vaca para lo que resta de ruta, y, siguiendo ahora el Carrer Marjaletes, llega hasta una rotonda. Justo al salir de ésta por la carretera CV-50, se ha de cruzar la vía para continuar por un carril compartido por peatones y ciclistas que discurre por un parque urbano y pasa junto al monumento al alcalde Vicente Gómez Marí.
El parque termina al llegar al Carrer Dula, pero el carril peatonal continúa en paralelo a ella hasta llegar a una rotonda junto a un polígono industrial. Cruzando esta calle se continúa en dirección norte (de nuevo el camino está compartido con vehículos a motor), rodeando el polígono y otra vez caminando entre cultivos de cítricos.
Después de pasar bajo la AP-7 y unos 200 m después bajo la N-322, se alcanza otra rotonda. Para facilitar el tránsito por el itinerario, se ha habilitado un carril peatonal y ciclista que cruza la carretera CV-50 (hay que recordar que el usuario de bicicleta debe cruzar desmontado) que desemboca junto a la entrada al Ullal Gran. Se denominan ullals a los humedales costeros formados por afloramientos de aguas subterráneas. Estos enclaves suelen servir de hábitat para especies de aves, peces, invertebrados o vegetación, formándose los llamados marjales.
Siguiendo el carril bici la ruta alcanza el desvío a la estación de Tavernes de la Valldigna, de donde parte un ramal para llegar a la playa de Tavernes de la Valldigna. El Camino Natural pone su punto y final a las puertas de la estación, tras internarse en el polígono industrial que está creciendo alrededor de ella (el peatón puede utilizar las aceras de las calles, pero el ciclista ha de tener cuidado con los cruces, porque puede haber tráfico pesado). Esta estación está en servicio y forma parte de la red de Cercanías Valencia.
Este ramal comienza junto a la estación de Cercanías de Alzira. Utilizando un camino peatonal y ciclista junto al río Júcar, se pasa consecutivamente bajo las carreteras CV-550 y CV-50, discurriendo en paralelo al río hasta cruzarlo por el Puente de Hierro de Alzira, una infraestructura construida a principios del siglo XX.
Se continúa por la carrer Ronda d’Algemesí y, justo antes de pasar de nuevo bajo la CV-50, se toma el Camí del Malecó. Después de medio kilómetro, se llega al desvío al Mirador del Júcar, un área de descanso en la confluencia del río con el barranco de la Casella con unas bonitas panorámicas del valle del Júcar a su paso por esta zona de Valencia.
El camino continúa en paralelo al barranco de la Casella hasta llegar a un camino de servicio paralelo a la carretera CV-572, donde se hace uso de un carril para peatones y ciclistas que rodea una rotonda de la que parte el Camí de la Cova Marvelles. Se continúa en dirección sureste por un camino asfaltado que discurre encajonado entre muros de las fincas agrícolas a ambos lados y llega a la carretera CV-570. Este es el lugar donde el itinerario principal vuelve a recuperar el trazado del Camino Natural tras una discontinuidad de 1 km desde la salida de Carcaixent.
Debido al sentido de circulación del tráfico si el usuario ciclista quiere hacer el ramal en sentido inverso no se puede utilizar el mismo camino por el que se llegó, sino que se debe tomar un camino 350 m antes del descrito, que le llevará por el Camí del Transformador hasta el Cami de la Cova Marvelles.
Este ramal comienza en Simat de la Valldigna, tras cruzar la carretera CV-675, y continúa por un pequeño sendero enlosado que discurre en paralelo al río y pasa por un par de áreas recreativas. Este sendero desemboca en un camino hormigonado más ancho junto a la depuradora de aguas de Simat. A partir de este punto, se recorren caminos compartidos con el tráfico motorizado.
Se continua 700 m en dirección norte en la ya habitual compañía de los naranjos, para tomar, posteriormente, el camino que sale a mano derecha. Casi en seguida se ha de girar a la derecha y continuar por un camino que pasa a estar asfaltado, hasta llegar a Benifairó.
Sin llegar a entrar del todo en el centro de la población, se rodea por, sucesivamente, las calles Pio XII, Ferrán II y del Ràfol y del Castell, abandonándose la localidad por un camino que parte a mano derecha de esta última. El usuario de bicicleta tendrá que dar un pequeño rodeo para llegar a este mismo punto siguiendo las indicaciones del tráfico rodado.
Una ver fuera del municipio, entre cultivos frutales, se toma el primer desvío a mano derecha, que lleva hasta un vado de hormigón en el río de Vaca (puede encontrarse inundado). Tras cruzar el río, se pasa junto al centro de reciclaje de La Valldigna y se llega un cruce donde se vuelve a conectar con la ruta principal.
Partiendo del desvío a la estación de Cercanías de Tavernes, en lugar de ir hacia este edificio, se sigue de frente hasta llegar a una rotonda de la carretera CV-603. Se prosigue por la carretera (extremar la precaución al cruzar el puente sobre las vías del ferrocarril) hacia el este y, después de pasar sobre el ferrocarril y sortear otra rotonda, se continúa por un carril bici que conduce, tras un kilómetro, a la entrada del barrio de la playa de Tavernes de la Valldigna. Antes de disfrutar del mar Mediterráneo, merece la pena acercarse a ver la Torre de La Vall, una de las torres erigidas entre el siglo XVI y el XVII que formaban parte de un sistema de vigilancia contra los ataques de piratas.
El ferrocarril Carcaixent – Dénia es el trazado ferroviario de vía estrecha más antiguo en la península ibérica. Anunciado en 1861, se inauguró en 1864, de mano de la sociedad anónima “Tram-way de Carcagente a Gandía”, que se encargaba de su explotación, con 37,5 km. Su función original era la de comunicar las comarcas interiores con el litoral, para facilitar el comercio principalmente de los productos agrícolas.
Comenzó siendo de tracción animal, con hasta 30 caballos tirando de los coches. De hecho se contaba con cuadras repartidas a lo largo del trayecto para el reposo de los animales de tiro. En 1880 se prolongó el recorrido desde Gandía hasta Dénia (19 km adicionales), y un año más tarde los coches pasaron a ser a vapor, permitiendo el transporte de pasajeros. Tras pasar por diferentes manos, a mediados del siglo XX el ferrocarril pasó a ser propiedad estatal, incorporándose en 1942 a EFE (Explotación de Ferrocarriles del Estado), que más tarde se conocería como FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha), manteniendo su uso hasta 1964.
Por la falta de inversiones se fue abandonando el uso del Trenet en favor del transporte por carretera, lo que desembocó en el cierre de la línea. En 1969 se terminó el trayecto entre Carcaixent y Gandía y 5 años más tarde entre Gandia y Dénia.
Se localiza en el término municipal de Alzira y cuenta con una superficie de 765,64 ha, dentro del LIC de la Serra de Corbera, entre las sierras del Cavall Bernat y dels Agulles. Su declaración como Paraje Natural Municipal en 2004 responde al rico patrimonio natural y cultural.
Respecto a su valor natural, su localización y geografía le confiere un microclima de temperaturas suaves y alto grado de humedad muy favorable para el desarrollo de buenas formaciones vegetales, con presencia de fresnos, carrascas, madroños, espinos, laureles y mirtos (murta en la lengua cooficial). También tiene un alto valor paisajístico, con fértiles valles rodeados de abruptas sierras calizas repletas de cuevas y simas, que contrastan con el paisaje litoral o los campos de cultivo de la llanura del río Júcar.
Dentro de su patrimonio cultural destacan las ruinas del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Murta declarado Bien de Interés Cultural, en cuyo entorno se pueden hallar también los restos de dos ermitas, la Fuente de Santa Marta y su acueducto, balsas y aljibe, hornos de cal, una casa señorial con un jardín romántico o la senda histórica del Pas del Pobre.
El Paraje Natural Municipal La Murta i la Casella es atravesado por la ruta GR-236 o Ruta de los Monasterios llamada así porque une el monasterio de La Murta con otros cuatro históricos monasterios de las comarcas interiores de la provincia de Valencia.