La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, en 1993, una resolución por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de ese mismo año. Desde entonces, se invita a todas las naciones a celebrar actividades concretas, como el fomento de la conciencia pública a través de la producción y difusión de documentales, además de la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y el desarrollo de los recursos hídricos.