La séptima etapa del Camino Natural de Matarraña-Algars es la primera (de tres) que discurre enteramente en territorio de la provincia de Zaragoza. Sin alejarse del río, esta etapa une Maella y Fabara, dos poblaciones con un rico patrimonio histórico y artístico, como atestiguan iglesias monumentales, ruinas de castillos y monasterios e incluso un mausoleo romano.
Esta etapa del Camino Natural del Matarraña-Algars arranca en la margen derecha del río, justo antes del puente que permite cruzarlo para acceder a Maella.
Aunque el camino natural no llegue a entrar en Maella, girando a la derecha tras cruzar el puente, esta localidad merece una visita en profundidad. Subiendo al castillo del Conde de Aranda, con parada en las murallas y en la iglesia de San Esteban Protomártir, además de poder admirar los restos de esta fortaleza se tiene una preciosa panorámica del valle. Es también visita obligada la Torre del Reloj; de estilos románico y mudéjar, está situada sobre la antigua puerta de entrada de acceso a la villa y forma parte del palacio en que hoy se sitúa el ayuntamiento de Maella.
La población se abandona bajo la vigilancia del castillo y la iglesia, entre el promontorio en que se asientan y la orilla izquierda del río Matarraña. Hasta que se cruza el río por un badén de hormigón (cruzar con precaución si el río baja con mucha agua), la vegetación acompañante son los cultivos de frutales con algún olivar y vegetación ripícola como tarajes, chopos, carrizos y juncos pegados al río. Al otro lado y tras alejarse ligeramente del Matarraña, los olivares y viñedos comienzan a cubrir las zonas más llanas, mientras que los altos están tapizados de matorral mediterráneo.
Circulando en paralelo a la acequia de las Cataluñas, tras unos cinco kilómetros obviando cualquier desvío, el camino gira a mano izquierda, rodeado de cultivos arbóreos, para volver a acercarse al Matarraña. Desde este tramo se puede divisar, al otro lado del río, el monasterio de Santa María de la Trapa de Santa Susana, en ruinas pero aun impresionante (se puede llegar hasta él cruzando el río por un vado cercano, o por carretera desde Maella y Fabara).
El siguiente tramo de recorrido se hace entre un denso carrizal que apenas permite ver el río, en el que se cuelan otros árboles ribereños como sauces o chopos, e incluso algunos pinos cuando el camino se acerca a Fabara.
La entrada a esta localidad se hace por la Avenida de la Jota, por la que se baja, junto al parque Rabinat, hasta llegar a la carretera del Puente (A-2411). Esta etapa termina tras girar a la derecha y recorrer unos cien metros por esta carretera, aunque es mucho lo que ofrece Fabara para seguir descubriendo antes del descanso.
Desde el cruce, continuando sobre el puente que cruza el Matarraña, y tras algo menos de un kilómetro, se puede llegar, siguiendo las indicaciones, al mausoleo romano de Fabara, posiblemente uno de los sepulcros romanos mejor conservados de la península. Desandando unos metros el camino y tomando una calle que parte junto a unas pistas deportivas se llega justo bajo la iglesia de San Juan Bautista, donde sorprende la presencia de un salto de agua (proveniente de la acequia del Rabinat) que en la antigüedad se utilizó para mover un molino harinero y para generar electricidad.
La propia iglesia es bastante particular, al tratarse de una iglesia fortificada. Otros edificios que vale la pena visitar son el Ayuntamiento, situado sobre parte del palacio de la Princesa de Belmonte o el museo de pintura Virgilio Albiac, pintor oriundo en esta localidad zaragozana. Aparte de los monumentos, el Camino Jacobeo del Ebro atraviesa el municipio.
Las ruinas del monasterio de Santa María de la Trapa de Santa Susana están situadas al borde de la carretera A-1411, a unos 5.4 km de la localidad de Maella.
El monasterio de Santa María de la Trapa de Santa Susana fue fundado en el siglo VI por los monjes benedictinos, y reconstruido por la Orden de Calatrava a comienzos del siglo XIII. Posteriormente fue cedido a la Orden del Císter y a finales del siglo XVIII terminó en las manos de una comunidad de monjes trapenses franceses.
En el siglo XIV se levantó la Iglesia de Santa Susana, construcción gótica de sillares cubierta por tres bóvedas de crucería, con la flor de lis, emblema de la orden de Calatrava, en la clave de la bóveda central. La torre, de planta cuadrada, tiene tres cuerpos y está rematada con un chapitel bulboso.
El monasterio fue saqueado por las tropas francesas durante la guerra de la independencia, aunque los monjes trapenses permanecieron en el monasterio hasta su exclaustración en 1835, por la desamortización de Mendizábal. Desde entonces sufre una progresiva ruina.
El mausoleo romano de Fabara, o más correctamente, mausoleo de Lucio Emilio Lupo se encuentra a menos de dos kilómetros del casco urbano de la localidad, tomando un desvío bien señalizado de la carretera A-2411.
Se trata de un sepulcro-templo romano que data del siglo II d.C., situado a orillas del río Matarraña, con planta rectangular orientada hacia el este, construido con grandes sillares de piedra unidos con grapas de hierro. Presenta tres de sus lados ciegos y decorados con pilastras toscanas, dos en el centro y dos en las esquinas del muro trasero. El cuarto lado, orientado al este, forma un pórtico con cuatro columnas de orden toscano sobre las que presenta un entablamento jónico que recorre todo el mausoleo, rematado por un frontón triangular tanto en la fachada principal como en la posterior.
El interior consta de una zona superior cubierta con bóveda de cañón, donde se realizaban las libaciones y sacrificios en honor al difunto, y bajo ella el conditorium (sepulcro) subterráneo cubierto con bóveda de cañón. Aunque se conserva parte de la escalera de acceso al osario, la bóveda subterránea se encuentra cegada.
Aunque puede que se trate de uno de los monumentos de este tipo mejor conservados de la península, pasó prácticamente inadvertido hasta 1874, cuando se informó a la Real Academia de la Historia de su existencia. El edificio permaneció en manos particulares hasta 1942, cuando el Estado lo adquirió, aunque fue declarado monumento histórico-artístico casi una década antes.Para poder acceder al recinto expositivo, se debe acudir previamente al ayuntamiento de Fabara.
-Tramos compartidos con senderistas.
-Tránsito por el centro algunos núcleos poblacionales.
-Debido a que el trazado transcurre próximo a cauces fluviales, atravesándolos en varias ocasiones, se identifican posibles discontinuidades estacionales causadas por crecidas, aumentos de caudal, riadas o tránsito por zonas inundables.
-Infórmate sobre los aspectos técnicos de la ruta y sobre la meteorología del día.
-Cuida del medio ambiente. Procura no molestar a los animales ni deteriorar la vegetación. Respeta las zonas privadas.
-Debes dar prioridad a los peatones y cumplir con las normas generales de circulación.
-El entorno por el que vas a circular es abierto, de libre circulación y escenario de múltiples actividades (deportivas, forestales, ganaderas y agrícolas). Mantén una actitud comprensiva, prudente, responsable y respetuosa.