Este paseo por los alrededores de ciudad de Huesca recorre los lugares más interesantes de su entorno inmediato, con un circuito principal de 9,8 km y dos ramales que llevan a la localidad de Alerre y a la alberca de Loreto respectivamente. Es un recorrido muy frecuentado por los oscenses durante todo el año, que comienza siguiendo la antigua vía férrea entre Huesca y Alerre y permite al viajero conocer el Santuario de Loreto y la cercana alberca de Loreto, un bonito paraje natural donde abundan las aves acuáticas.
El Camino Natural comienza recorriendo 4,6 km del antiguo trazado del ferrocarril Huesca-Canfranc, conocido como “Canfranero”. Este tramo de vía férrea dejó de utilizarse con la construcción de la variante ferroviaria de Huesca en 2007 y su firme ha sido acondicionado para uso peatonal y ciclista como Camino Natural. Rodeado de campos y almendros, es un camino muy frecuentado por los oscenses para sus paseos diarios.
Donde se ubicaba la antigua estación de Alerre, ahora desaparecida, se ha acondicionado un área de descanso. Allí comienza un ramal del trazado que permite acercarse a la localidad de Alerre, añadiendo un segundo bucle de longitud total 2,1 km. La población de Alerre constituye un posible punto de inicio del Camino Natural gracias al ramal que llega desde su antigua estación de ferrocarril. Alerre ha tenido tradicionalmente un marcado carácter agrícola y en los últimos años ha visto aumentar su población gracias a su cercanía a la ciudad de Huesca.
Rodeado de campos de cultivo el trazado llega a la pequeña localidad de Huerrios, de 67 habitantes, un buen lugar para descansar y beber agua en su fuente antes de continuar por el camino asfaltado que lleva a Loreto. El santuario de Loreto tiene una posición dominante sobre una gran extensión de terreno al oeste de la capital oscense. Desde allí puede retornarse a Huesca o bien tomar un segundo ramal del Camino Natural de 2,7 km que lleva por pista a la alberca de Loreto.
La Alberca de Loreto es un humedal de indudable interés paisajístico que constituye un interesante ecosistema natural muy cercano a la ciudad de Huesca. La ruta bordea la alberca por un bonito sendero que merece la pena recorrer para disfrutar de la belleza del paisaje, las vistas panorámicas y la abundancia de aves acuáticas que encuentran en ella un lugar donde alimentarse o nidificar. Desde el santuario de Loreto se retorna a Huesca por el tradicional Camino de Loreto pasando por el monumento a santa Paciencia, un lugar muy querido por los oscenses. Según la tradición, en ese lugar santa Paciencia aguardaba a sus hijos san Lorenzo y san Orencio cuando volvían de la escuela.
Declarado Monumento Histórico-Artístico en marzo de 1976, según la tradición, donde se asienta el actual santuario de Loreto nació y creció hacia el siglo III el patrón de la ciudad de Huesca, san Lorenzo, en el seno de una importante familia cristiana.
Se encuentra documentado desde el siglo XII. Fue a finales del siglo XVI cuando Felipe II favoreció la fundación de un convento de Agustinos Calzados, con proyecto de Francisco de Mora, cuyas obras fueron dirigidas por Jerónimo Bocanegra de Segura. La iglesia que se contempla en la actualidad fue construida entre 1748 y 1777 por Juan Antonio Torres.
Destino de diferentes romerías, como la famosa romería de los Siete Lugares, que congrega a los pueblos del entorno de Loreto, Cuarte, Huerrios, Banariés, Alerre, Chimillas, Banastás y Yéqueda, también acuden a él los vecinos de Huesca.
En diciembre del año 2007 fue inaugurada la variante ferroviaria que sacaba el trazado ferroviario del núcleo urbano de Huesca, que ahora se dirige hacia Jaca enlazando algo allá de donde se encontraba el apeadero de Alerre. Como consecuencia, el trazado ferroviario desapareció y ahora es utilizado como parte de este camino natural.
El apeadero de Alerre se encontraba a cinco kilómetros y medio de Huesca, a medio camino entre las localidades de Huerrios y Alerre y fue la primera parada de la línea Huesca-Canfranc inaugurada el 1 de junio de 1893. De sus edificios, apenas quedan restos ocultos entre los matorrales.