La etapa comienza en su arranque por la zona de playas de Puerto Peña y el río aguas abajo del azud. Después, y en el resto de su recorrido, discurre por el camino de servicio del Canal de las Dehesas, obra hidráulica que acompaña la ladera del valle del Guadiana, con vistas al cauce y a las formaciones de vegetación de sus riberas.
La etapa parte del área recreativa de Puerto Peña, dotada de playas artificiales en la ribera del embalse de García de Sola, un embarcadero para naves a motor de pequeñas dimensiones, merenderos, un chiringuito y otros equipamientos de uso público. Prosigue hacia el este por la misma carretera que llevó por la etapa 21 a la playa de Puerto Peña y se dirige hacia la presa para continuar por el camino de coronación de la misma, ofreciendo vistas magníficas tanto del embalse como del río Guadiana aguas abajo. El caudal y la anchura de cauce se van incrementando desde este punto al estar próxima la cola del embalse de Orellana, el tercero de la serie de los que se vienen recorriendo, tras el de Cijara y el de García de Sola.
Es posible disfrutar también de las panorámicas sobre el puente de la N-430 y del propio entorno de la presa, incluidas las formaciones de arbolado de sus riberas o las paredes rocosas, casi verticales, en las que finaliza la sierra de Puerto Peña y en las que se apoya la presa. El puente es una impresionante obra de ingeniería con pilares de gran altura, que domina el paisaje en el inicio de la etapa.
El camino se interrumpe en un tramo de 1,5 km nada más cruzar la presa, debido al paso de la carretera BA-7113 por el margen izquierdo del Guadiana. Se retoma cerca de la confluencia de esta carretera con la N-430, pasando bajo ella y cruzando el canal de las Dehesas, a mano derecha. Desde este punto y hasta el desenlace de la etapa, se transita por el camino de servicio de esta obra hidráulica, sobre un firme asfaltado y en buen estado, que discurre por la margen izquierda del canal con el valle del Guadiana siempre a la vista.
El paisaje por el que discurre el canal en su inicio es principalmente forestal, con formaciones arbustivas densas en las que predominan la jara (Cistus sp.) y la encina (Quercus ilex). A la izquierda, en la zona de ribera del valle del Guadiana, se alternan las zonas de pastos, las dehesas de encinas sobre pastos de aprovechamiento a diente, y ocasionalmente manchas de masas arbustivas similares a las de la otra margen, lugares que han sido aprovechados para la instalación de pequeños observatorios de aves.
El camino, y el canal junto al que discurre en todo momento, se va acercando de forma progresiva al cauce del Guadiana y, a medida que la distancia se acorta y el cauce se ensancha, se va haciendo más visible, dominando las panorámicas dirigidas hacia el valle. Un área de descanso con vistas al río permite hacer un alto en el camino al tiempo que se contempla el curso de agua.
A lo largo de toda la etapa, diversas pasarelas sobre el canal permiten el acceso a su otra margen, aprovechando la necesidad de respetar las servidumbres de paso a diversas fincas ganaderas del entorno. Se pasa también junto a dos grupos de compuertas, aunque en la actualidad el canal se encuentra fuera de servicio.
En el tramo final se alcanza el embalse Orellana, con la visión del puente de la carretera a Puebla de Alcocer dominando el paisaje, permitiendo una visión sin obstáculos gracias al terreno en suave pendiente, la posición elevada del canal respecto al Guadiana, y a que en sus últimos kilómetros el camino discurre entre pastos sin apenas arbolado o matorral.
Finalmente se alcanza el cruce del canal con la carretera BA-137. Hacia la izquierda continúa la etapa 23 de este camino natural, aunque su inicio y final de la 22 se alcanza en la población de Casas de Don Pedro, en el entorno de su iglesia parroquial (ver texto etapa 23).
No se debe olvidar que la etapa 22 discurre por la ZEC (Zona Especial de Conservación) y la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) “Embalse de Orellana y Sierra de Pela”. Hay que señalar también que el “Embalse de Orellana y Sierra de Pela” está declarado espacio natural protegido.
La ruta del Canal de las Dehesas, con una longitud total de 15 km, recorre la cola del embalse de Orellana, que es el tramo que presenta una mayor diversidad de especies. El paisaje predominante está cubierto por las dehesas de encina y los matorrales de jara y retama, atravesando algunas zonas de pastizales al inicio de la ruta. Desde la pista y con telescopios o prismáticos, pueden observarse numerosas aves acuáticas: ánade real (Anas platyrhynchos), somormujo lavanco (Podiceps cristatus), pato colorado (Anas cyanoptera), porrón común (Aythya ferina), ánade silbón (Anas penelope) y cerceta común (Anas crecca). En invierno, algunos tramos del embalse son utilizados por la grulla común (Grus grus) como dormidero, llegando a concentrarse varios miles de aves. A finales de verano, también se producen concentraciones postnupciales de cigüeña negra (Ciconia nigra), superiores a cien ejemplares, que son las más importantes a nivel regional. Con paciencia y esperando a las horas del crepúsculo, es posible ver nutrias (Lutra lutra) pescando en aguas someras y charcones.
Cerca de Casas de Don Pedro, en la dehesa boyal, existe una contrapresa que remansa el agua en un pequeño ancón, donde suelen verse numerosas especies de anátidas e, incluso, la cigüeña negra.