Esta etapa conecta el Camino Natural del Guadiana con el embalse de García de Sola, cuya cola se sitúa muy cerca de la presa del embalse de Cijara. Arranca en el centro de Herrera del Duque y discurre en todo el trazado por la BA-138, en dirección al pantano. Acerca al caminante a las dos zonas de playa fluvial existentes, Peloche y Puerto Peña, dotadas de infraestructuras de uso público.
El trazado de la etapa 21 se inicia en Herrera del Duque y discurre en todo su recorrido junto a la carretera BA-138, que comunica esta localidad con Puerto Peña. Se trata de una etapa centrada en los valores botánicos y paisajísticos del entorno del embalse de García de Sola, que es bordeado por el sur y cuya lámina de agua domina las vistas en la mayor parte de su trazado.
La etapa se inicia en la avenida de las Palmeras; una calle amplia dotada de establecimientos de hostelería y un pequeño parque urbano, elementos ideales para realizar una parada de descanso si se llega al lugar desde la etapa anterior. Cuenta también con paneles interpretativos de los principales valores culturales de la localidad y la comarca, así como un plano callejero que puede servir para orientarse y suplir la falta de señalización dentro del casco urbano.
Una vez sale del pueblo, y sin abandonar hasta el final la compañía de la carretera, la etapa discurre por una zona de dehesa abierta de encina (Quercus ilex) sobre pastos, con alguna instalación agropecuaria aislada. A la izquierda de la ruta dominan las vistas de la sierra de los Golondrinos. Sus laderas están ocupadas en la parte alta por formaciones de encinar y en la parte baja por cultivos de olivar. Aislado o en pequeños grupos, sin llegar a formar rodales ni dehesa, el alcornoque (Quercus suber) está presente en el paisaje. Durante esta primera parte del recorrido, el caminante atraviesa la ZEC (Zona Especial de Conservación) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves)“Puerto Peña-Los Golondrinos”, mientras que hacia el final de la etapa pasará por la ZEC y ZEPA “Embalse de Orellana y Sierra de Pela”. Hay que señalar además que el “Embalse de Orellana y sierra de Pela” están declarados Zona de Interés Regional.
Antes de llegar a Peloche puede divisarse, a la derecha del camino, el embalse de García Sola. Un par de kilómetros antes de la localidad se encuentra el brazo de la lámina de agua que corresponde a la desembocadura del arroyo de la Zarza. Desde ese mismo lugar se puede contemplar la localidad en la distancia, en una imagen muy bella, con el pueblo enmarcado por las estribaciones finales de la sierra de Peloche y la peña del Risco; elevación situada en la otra ribera del embalse.
En Peloche existen unas playas fluviales naturales de gran amplitud, cuyo disfrute viene facilitado por las diversas instalaciones de uso público. Las vistas del embalse desde Peloche son dominadas, como en buena parte del recorrido posterior, por la peña del Risco y la propia sierra de Peloche, situada a la espalda de la localidad del mismo nombre.
Una vez superado Peloche el siguiente punto de interés en la etapa es la ermita de la Virgen del Espino, que ofrece un nuevo lugar de parada, al existir una fuente y una pequeña área de descanso. La etapa comienza entonces a recorrer la ribera del embalse.
En la primera mitad del recorrido junto al embalse existen dos lugares de parada obligada. El primero es a la altura de la urbanización “El solitario”; un grupo de casas dispersas imbuidas en la vegetación natural y ornamental que apenas distorsiona el paisaje. Este lugar supone el punto de máxima aproximación a la peña del Risco, con unas vistas privilegiadas del embalse. El segundo lugar se sitúa al pie del cerro Corchito, donde se ha aprovechado la explanada de la carretera para crear una zona donde es posible estacionar los vehículos, con un muro de piedra que evita el riesgo de caída y que se convierte en un mirador. Desde aquí pueden contemplarse la peña del Risco y la sierra del Manzano desde un punto de vista diferente; esta orografía da continuidad hacia el Sur a la sierra del Oro, a la que pertenece la mencionada peña.
La vegetación natural junto al camino está dominada por la encina, que forma una densa masa en las laderas por las que discurre la etapa en su periplo junto al embalse, con acompañamiento de jara (Cistus sp.) o brezo (Erica sp.) según las exposiciones. Especial relevancia adquiere el tramo situado al pie de la ladera sur del cerro Corchito, por el que el camino discurre entre sauces (Salix sp.), con ejemplares de arbolado de gran tamaño.
Algo más adelante el camino se aleja por un pequeño tramo de la lámina del embalse, que deja de verse por la intercepción visual del cerro de la Horbezuela. La carretera discurre por una amplia recta, con una dehesa abierta de encina sobre pastos a su izquierda, dominada por el cerro de los Alguaciles. En este punto comienzan a verse los primeros rodales de pino piñonero (Pinus pinea) en las cumbres, claramente distinguibles por el color verde vivo de su follaje, más claro que el del encinar, el matorral o la sauceda.
Casi al final de esta etapa la carretera cruza un brazo del embalse, existiendo dos puentes; el antiguo está habilitado como tramo exclusivamente peatonal y su plataforma cuenta con bancos de madera para crear un área de descanso, evitando tener que compartir camino con el tráfico.
La etapa finaliza junto a la playa de Puerto Peña, dotada de infraestructuras para los bañistas, embarcadero y un centro de ocio con cafetería, aseos y merenderos.
Desde este punto es posible llegar al poblado de Puerto Peña, al pie de la presa, a algo menos de 2 km, o al camping Puerto Peña, cruzando al otro lado del río Guadiana sobre la presa, a 1,5 km.
Situada en la falda sur de las sierras de la Consolación y del Chamorrol, esta localidad ha tenido varios nombres según la época y los pobladores. Es durante el reinado de Carlos III cuando aparece por vez primera con su actual denominación.
Cabe destacar la iglesia de San Juan Bautista, que tiene su origen en el siglo XV aunque ha sufrido diferentes procesos constructivos reflejados en los distintos estilos que aparecen en el templo. Destaca la portada con arquería mudéjar y con dos puertas de entrada de estilo gótico. En la zona oeste se alza una torre de ladrillo y planta cuadrada con campanario y tejado a cuatro aguas. El interior se divide en tres naves de estilo renacentista y capilla mayor con bóveda de crucería.
El castillo-fortaleza fue erigido en la época de la dominación árabe y posteriormente reconstruido por la Orden Militar de Calatrava. Localizado en lo alto de un cerro rocoso, tiene una posición estratégica inmejorable para el control del territorio. Desde la fortaleza se podía vigilar la encrucijada de las principales vías de comunicación que unían las poblaciones de Mérida con Ciudad Real, y de Sevilla con Toledo.
El edificio es un castillo palacio, de piedra y mampostería, de planta poligonal irregular con alturas superiores a los 12 m en sus muros principales. Se accede mediante una puerta compleja enmarcada en un gran arco de ladrillo. En su interior se conserva el paseo de ronda mientras que la barbacana, el foso, el aljibe y la torre del homenaje han desaparecido. Actualmente el castillo está catalogado como Bien de Interés Cultural.
El puente medieval o puente Viejo, se encuentra situado fuera de la localidad, sobre el cauce del arroyo Peloche. Tiene una longitud de 49 m y se compone de 8 arcos en orden descendente. Está construido en piedra y destacan sus dos tajamares en forma de triángulos agudos capaces de mantener el puente frente a las riadas. Hoy día el pretil casi ha desaparecido; sin embargo la calzada empedrada con cantos de río sigue manteniéndose en perfecto estado y se utiliza como paso de ganado.
El embalse de García de Sola fue construido en el año 1962 dentro de las actuaciones del llamado Plan Badajoz, en el que se construyeron varios embalses en la zona con el objetivo de almacenar agua para los regadíos que se preveían implantar en la provincia de Badajoz y dispone de una central hidroeléctrica situada a pie de presa.
Se localiza en un paraje de gran belleza, entre grandes formaciones rocosas y vegetación formada por bosque mediterráneo, pinares y eucaliptos, que albergan una importante población de avifauna: buitre leonado, cigüeña negra, águila real, águila perdicera, azor, halcón peregrino; así como importantes poblaciones piscícolas, con black-bass, percasoles, barbos, carpas, bogas, lucios, haciéndolo muy atractivo para los pescadores.