La etapa conecta las dos localidades ribereñas del embalse de Cijara, la segunda situada al pie de la propia presa, a través de los pinares del Monte de Cijara primero y de los encinares en torno al Guadiana después, ambas masas arboladas pertenecientes a la Reserva Regional de Caza de Cijara.
La etapa se inicia en Helechosa de los Montes, concretamente en la plaza del ayuntamiento, provista con una fuente en el centro, se prolonga por una calle en cuyo extremo se sitúa la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Altagracia, antes de la Asunción. Se trata de una construcción edificada según modelo de pequeña iglesia rural tardo-medieval y que conserva en su interior la cubierta originaria de madera del siglo XVI.
El camino abandona el pueblo a través de sus estrechas calles, cruza la carretera BA-7021 y toma el sendero de pavimento de hormigón existente al otro lado, en cuyo arranque se sitúa el depósito de agua municipal y una antena repetidora. Este sendero es bastante empinado y escala una pendiente cubierta de matorral, hasta alcanzar una zona más o menos llana a media ladera de la sierra de la Rinconada, concretamente en el Morro de la Naciente. Discurre en principio por una zona agrícola, con parcelas de olivar principalmente, con el lado del Camino que se asoma al embalse de Cijara cubierto de matorral con jaras (Cistus sp.), brezos (Erica sp.), coscojas (Quercus coccifera) y madroños (Arbustus unedo). Continúa el Camino por un pinar en el que se alternan los rodales de pino piñonero (Pinus pinea) y pino resinero (Pinus pinaster), discurriendo en forma de larga recta hasta alcanzar el cruce con la etapa 17, donde puede darse por concluido el tramo común a ambas etapas.
A partir de aquí el camino discurre entre pinares, con inclusiones muy esporádicas de encinas (Quercus ilex), a veces en vaguadas, o en los bordes de la masa de pinar. Los primeros kilómetros transcurren por zonas con claros y convenientemente orientadas para poder divisar el embalse de Cijara.
En algunos lugares, como en el Morro de Epifanio, loma situada fuera del camino, aunque cerca de él, queda más clara la mezcla de encinar y pinar. Aunque el trazado seguido discurre siempre por zonas donde predominan los pinos, en la zona de vaguada no es así.
En los primeros kilómetros de la etapa, entre ejemplares de madroño y coscoja, pueden verse con facilidad los gamos (Dama dama) comiendo bellotas del suelo. Es clara la preferencia de gamos y ciervos (Cervus elaphus) por los encinares cuando tienen la posibilidad de escoger, aunque también pueden verse en las áreas de pinar, como las que atraviesa esta etapa.
En el barranco del arroyo de los Malos Pasos existe una balsa de agua, usada para la extinción de incendios, que es claramente visible desde el camino a través del arbolado. Es de grandes dimensiones y da un punto de contraste con el denominador común de la etapa: el avance por un sendero forestal entre pinares y claros en el bosque.
El cruce de las Mesas es una zona llana con pinar resinero que puede ser una buena opción para efectuar una parada en la ruta, ya que hay un refugio forestal y una zona de descanso. Desde aquí además parte un sendero que desciende hasta el centro de interpretación Los Robledillos.
Pasados 3 km se alcanza la casa de Cijara, un complejo hostelero con varias casas forestales modernas para alquiler. De este complejo parte una ruta señalizada, aunque no perteneciente a la red de Caminos Naturales, denominada precisamente Pinar de Cíjara. Es de reseñar que hay mayor variación en las especies del sotobosque que en las del bosque, con zonas en que predomina la jara, el romero (Rosmarinus sp.) y el tomillo (Thymus sp.) Es en este momento, y hasta el final de la etapa, el camino se adentra en la ZEC (Zona Especial de Conservación)y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves)“Puerto Peña – Los Golondrinos”.
Pocos kilómetros después de sobrepasar los alojamientos, el camino alcanza el borde de la masa de pinar, haciéndose progresivamente más importante la presencia de la encina. También comienzan a verse rodales de alcornoque (Quercus suber).
En ese momento el viajero debe tomar la desviación de su derecha en dirección hacia la presa, pudiendo, en su ascenso, comenzar a vislumbrar esta obra hidráulica que dominará, a partir de entonces, el paisaje. En este tramo, común con la etapa 19, es más fácil ver ejemplares de ciervo y gamo en las zonas donde casi desaparece el pino. La ruta alcanza la presa a la vez que lo hace, por su derecha, la carretera que viene de Helechosa, interrumpiéndose el camino durante algo más de un kilómetro. Aunque las vistas desde la coronación de la presa son impresionantes, hay que extremar las precauciones si se quiere cruzar, ya que por esta vía hay tráfico rodado y el espacio para peatones es muy estrecho.
El Camino Natural se retoma, ya al otro lado de la presa, en una salida a mano izquierda en el km 201,4 de la N-502. Esta carretera asfaltada acerca al caminante hasta el Poblado de Guadisa, punto final de la etapa.
El centro de interpretación Los Robledillos está instalado en una edificación rehabilitada existente en el paraje del mismo nombre. En este lugar se recepciona a los visitantes de la Reserva Regional de Caza de Cijara. Además acoge el observatorio de la berrea. Este último supone un gran atractivo turístico para la zona, durante los meses de septiembre y octubre, que es cuando se produce este fenómeno.
En las salas del centro de interpretación se dan a conocer los valores del entorno. En ellas se pueden ver los recursos ecoturísticos, cinegéticos y piscícolas, forestales, naturales y, en la sala del ciervo en celo, se explica la berrea.
Los contenidos de este centro han sido definidos en coordinación con la Red de Museos de Extremadura.
La casa de Cijara es uno de los tres complejos de alojamientos que se han construido en la Reserva Regional de Caza de Cijara. Aunque la estética exterior persigue confundirse con la naturaleza, en su interior la decoración es moderna y están repletos de facilidades para los que allí se alojen, e incluso algunos están adaptados para personas con movilidad reducida. Casa de Cijara se compone de cinco alojamientos rurales, más un salón común y un patio con horno de piedra, ubicados en el centro del monte, siendo su acceso a través de la pista central de la Reserva.
Estas dos infraestructuras, junto con el Observatorio de La Berrea (ver etapa 17) y los otros tres complejos de apartamentos rurales (Las Boyerizas, Los Cerillos y la Barca) forman parte del complejo de ecoturismo que pretende dar a conocer la Reserva de Caza de Cijara así como revitalizar el turismo de la zona.