Este recorrido de 11,9 kilómetros, parte de Las Rosas, concretamente junto a la presa del embalse del mismo nombre y discurre entre rodales de laurisilva, fayal-brezal y formaciones de sabina canaria. Transitando por la importante población de Vallehermoso, punto de conexión con el Camino Natural Cumbres de La Gomera, y por las proximidades del Roque Cano, para finalizar en los Chorros de Epina, cuya fuente ha dado lugar a numerosos mitos y leyendas.
La etapa 3.1., señalizada en concordancia con el resto del camino, pero sin hitos kilométricos al considerarse una variante alternativa al itinerario principal del Camino Natural Costas de La Gomera, parte del punto kilométrico 35,6 de la etapa 2, junto al estribo occidental de la presa de Las Rosas (o del Garabato), en las inmediaciones del núcleo de población homónimo, tomando en la bifurcación existente la carretera denominada como calle de la Cruz de Tierno. En un tramo compartido con tráfico motorizado.
Unos metros después, el itinerario se desvía a la derecha por una pista pavimentada. Siempre en subida y tras el serpenteo por el asfalto, el camino pasa a transitar por senda de tierra. Salvando en primer lugar unos escalones, el viajero se interna en un denso fayal-brezal con pequeños rodales de laurisilva.
El itinerario toma a continuación una pista asfaltada conocida como calle del Teón, y tras superar una vivienda se divisa por primera vez el Roque Cano. Continuando con la bajada se toma el desvío de la derecha por asfalto y, pocos metros después, se escoge un camino ancho de tierra también a la derecha.
Atravesando masas boscosas representadas por especies típicas de laurisilva, entremezcladas con formaciones de fayal-brezal, se desciende superando un mirador y un pequeño altar, para posteriormente tomar una senda estrecha a la derecha.
El descenso permite divisar el municipio de Vallehermoso, ganando terreno la sabina canaria (Juniperus phoenicea var. canariensis) a medida que disminuye la altitud. El viajero se acerca aún más al Roque Cano, declarado Monumento Natural.
Serpenteando ladera abajo, un pequeño desvío ofrece al viajero la posibilidad de disfrutar de una bella panorámica de Vallehermoso desde el mirador de La Pilarica. Regresando al itinerario se transita, ya en asfalto, por Vallehermoso. En primer lugar, por la calle Amador, después la calle Morera, tomando en ella un desvío a la izquierda que desciende por escaleras hasta el barranco del Ingenio con sus cultivos de plátanos en pleno casco urbano.
Se toma la GM-1 hasta la plaza de la Constitución, punto de cruce con la etapa 3 del Camino Natural Cumbres de La Gomera y con el ramal del mismo que conecta el núcleo urbano de Vallehermoso con su playa. Partiendo de la plaza por la calle Mayor, se debe tomar un estrecho callejón a la izquierda que conduce hasta la carretera CV-6, que se dirige hacia Epina.
Una vez atravesada la calzada, comienza un tramo escalonado que asciende entre las casas por la ladera. Rodeada la última construcción, el camino gira a la izquierda y su firme hormigonado deja paso a un sendero de tierra de bastante pendiente, que asciende por el lomo de los Cochinos ofreciendo en pocos metros bonitas vistas de la montaña de los Roquillos, entre los barrancos del Charco y el fértil barranco de la Era Nueva, en el que tradicionalmente han existido numerosos cultivos de papas, millo o vid, que hoy han quedado reducidos a pequeños huertos familiares.
El camino muestra también buenas panorámicas de los núcleos rurales de Los Bellos y Macayo, enmarcados en un bonito valle dominado por el impresionante pitón volcánico del Roque Cano, que poco a poco el caminante va dejando atrás. Rodeado de un paisaje de gran belleza, el viajero alcanza una zona de crestas de roca blanquecina y suelos erosionados que evidencian la antigüedad de los terrenos por donde camina, pertenecientes al complejo basal que predomina en esta zona norte de la isla.
El camino continúa remontando la loma en su mayor parte por la línea divisoria, ofreciendo vistas alternas hacia un lado y otro, pudiendo contemplar la belleza de los sabinares de sabina canaria (Juniperus phoenicea var. canariensis) que motean con su porte redondeado las laderas de estos terrenos, fuera de la influencia de los vientos alisios.
Según el trazado avanza y va ganando altura, la influencia de estos vientos aumenta y hace posible la existencia del monteverde que poco a poco va apareciendo al paso del caminante hasta convertirse en un denso bosque con abundancia de brezo (Erica arborea), faya (Myrica faya), acebiño (Ilex canariensis) y matorrales como granadillo (Hypericum canariense) o tajinaste de La Gomera (Echium acanthocarpum).
Ya en la Montaña Blanca, aparece una pequeña bifurcación a la izquierda y en 200 metros, tras pasar un pequeño grupo de eucaliptos (Eucaliptus camaldulensis), el camino desemboca en una pista asfaltada. En este punto, el viajero debe dirigirse a la izquierda, transitando por un tramo compartido con vehículos durante casi 1.200 metros; primero por la pista asfaltada durante unos 250 metros y después caminando por la carretera CV-16 a la izquierda en dirección a Arure.
Al llegar al cruce con la CV-6 el viajero debe tomarla a la derecha hacia Taguluche y pasar un bar junto a la carretera, en la zona conocida como el Bailadero, donde un poste direccional indica que el camino se desvía hacia la derecha dirigiéndose hacia los chorros de Epina, punto final de esta etapa y donde el camino conecta con la Etapa 3 (Playa de Vallehermoso - Alojera). Aquí el viajero puede optar por dirigirse hacia la playa de Vallehermoso por la ermita de Santa Clara y Chijeré o bien continuar hacia Alojera.
Los Chorros de Epina es la denominación de una fuente, situada a unos cientos de metros de la localidad de Epina, que consta de siete caños por los que mana un agua que, según la tradición popular, tiene propiedades curativas. También se cree que quien la beba se verá beneficiado por la fortuna y el amor.
Hubo un tiempo en que se creía que el agua de esta fuente era milagrosa y, entre sus poderes, se le atribuía el de descifrar los secretos del destino y mostrar el camino del amor. Solo había que mirarse en este líquido prodigioso, si el agua se mantenía tranquila y clara, eso significaba que el amor pronto llegaría trayendo felicidad. En cambio, si, al mirarse, el reflejo se enturbiaba, era signo de desgracia y desamor.
Otra tradición cuenta que para beneficiarse de los poderes del agua y conseguir el amor deseado se debe beber de izquierda a derecha, los varones de los chorros impares y las mujeres de los pares. Un último mito de los muchos que rodean esta fuente asegura que los dos primeros chorros corresponden a la salud, los que le siguen al amor y otros dos a la fortuna. El número siete es del que beben las brujas.
El Monumento Natural Roque Cano es un pitón fonolítico que se eleva sobre una de las laderas que rodean el casco urbano de Vallehermoso. Esta singular mole es ya parte de la imagen e historia del pueblo, por lo que es motivo destacado del escudo municipal.
La presencia del roque es producto de la erosión, que ha ido desgastando las rocas más blandas que lo recubrían dejando en la superficie la lava endurecida que ascendió por la chimenea del antiguo volcán.
Lo que hace espectacular este roque es que se ha convertido en un elemento singularizado del paisaje, ya que constituye una estructura geomorfológica muy representativa. Sus paredes están cubiertas por una excelente muestra de vegetación rupícola (propia de las zonas rocosas), con una alta biodiversidad endémica en la que se pueden encontrar especies raras y amenazadas como la margarita (Argyranthemum caltichrysum) o el senecio gomero (Senecio hermosae), estando algunas de esas especies protegidas por normativas nacionales e internacionales.