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Ecosistema de ribera
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A pesar de la intensa presencia e intervención humana en el río Barbantiño y su entorno durante siglos, hay que destacar la importancia de los biotopos presentes y de su buen estado de conservación.
En la misma ribera, el arbolado característico lo componen especies como el aliso (Alnus glutinosa) o los fresnos (Fraxinus excelsior y Fraxinus angustifolia), pero también, las galerías de sauces (Salix atrocinerea). Este arbolado se entremezcla con los bosques que bajan de las laderas y que lo componen principalmente los robles o carballos (Quercus robur) y los rebollos (Quercus pyrenaica). De un modo más puntual aparecen el castaño (Castanea sativa), el cerezo (Prunus avium), el laurel (Laurus nobilis) y los olmos (Ulmus sp.)
Las condiciones de alta humedad permiten la presencia de distintas especies trepadoras, musgos y helechos que le confieren un aspecto frondoso y suponen un refugio de fauna muy importante, localizando como predador de los diversos peces a la nutria común (Lutra lutra).
Entre las aves forestales se puede localizar al abejero europeo (Pernis apivorus), al arrendajo (Garrulus glandarius), así como pequeñas aves paseriformes.
Los anfibios son abundantes y variados, con la presencia de: sapo común (Bufo bufo), rana patilarga (Rana iberica), rana verde (Pelophylax perezi), tritón ibérico (Lissotriton boscai), tritón jaspeado (Triturus marmoratus) o la salamandra común (Salamandra salamandra).