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Noria de tiro del Cortijo de Las Tejas
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El Cortijo de las Tejas es una construcción señorial levantada en la época de máximo apogeo del ferrocarril minero de Lucainena. Actualmente se encuentra totalmente en ruina sin embargo, una de las pocas cosas que aún se mantiene en pie dentro de este complejo es su noria de tiro.
Este tipo de noria se utilizaba para la captación de agua, recurso muy necesario en zonas de clima seco, con pocas lluvias y donde hay una gran escasez de agua superficial, como es el caso que nos ocupa. Debido a esta situación, los habitantes de la zona de Lucainena y alrededores se veían obligados a buscar corrientes subterráneas poco profundas para obtener agua para el consumo humano o el riego de las tierras.
Aún es posible distinguir parte de la gran rueda dentada y engranada de esta noria, cuyo giro era impulsado por un animal que, enganchado a la noria, debía dar vueltas sin parar. Esta rueda horizontal estaba unida a otra vertical, movida por aquella e instalada sobre la boca de un pozo, excavado en la tierra con forma rectangular.
Aunque no han sobrevivido al paso del tiempo, sobre la noria vertical iban montados unos recipientes de barro sujetos con cuerdas, que tenían un agujero en el fondo para que saliese el aire y pudiesen sumergirse en el pozo. El giro de la rueda vertical, levantaba el agua hasta la superficie y ésta era vaciada en la artesilla, de la que caía a un canalón que la conducía a una alberca, que funcionaba a modo de depósito para que el agua tuviera más fuerza y discurriera por los tablares.
Durante unas excavaciones se encontró cerámica de la época nazarí cerca de esta construcción.