Viaducto de 135 metros de longitud, construido mediante pilastrones de forma tronco-piramidal de planta rectangular con sillares tomados con mortero, está formado por la repetición de 7 arcos iguales.
Fue construido para salvar el cruce con el río Guadalporcún, antes de la confluencia con el río Guadamanil. Este último nace en la sierra de la Lebrona en el término municipal de Pruna (Sevilla) y desemboca en el río Guadalporcún a escasos metros del viaducto. La unión de los ríos ha configurado una amplia llanura de inundación.
Desde esta infraestructura ferroviaria se tiene una privilegiada vista del cañón del Estrechón, paso natural que el río Guadalporcún ha modelado para atravesar las estribaciones del peñón de Zaframagón. Justo debajo, en la margen izquierda del Guadalporcún, encontramos el edificio en ruinas de lo que fuera el molino de Zaframagón, un poco más hacia el oeste se observan otras ruinas, se trata de un pequeño poblado construido para los trabajadores de las obras de la línea ferroviaria.