Se trata de una edificación del siglo XVIII, de planta rectangular y cubierta de teja a dos aguas. En su interior se llevó a cabo una restauración, dotando el suelo de baldosas segovianas y bancos de madera dispuestos en hilera.
Según la leyenda, en el monte de Santa Ana, al lado del arroyo del mismo nombre, la virgen se apareció a un pastor, el cual intentó trasladar la talla pero solo pudo moverla dirigiéndose hacia Alameda del Valle. En la actualidad se conserva una imagen de Santa Ana, la cual se lleva el día 26 de julio desde la iglesia de Santa Marina en Alameda del Valle hasta la ermita.