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Siguero
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Se trata de uno de los cinco núcleos de población que componen el municipio de Santo Tomé del Puerto en la provincia de Segovia, en el privilegiado entorno natural de la sierra de Guadarrama. Esta pequeña aldea fue un municipio independiente hasta 1970 y fue Entidad Local Menor hasta 2013. Se encuentra localizado en un paraje natural entre altos picos montañosos, de hecho Siguero se enclava en las faldas del puerto de montaña de Somosierra, a unos 1.120 m sobre el nivel del mar. A pesar de la dureza de su clima, especialmente en invierno, este entorno estuvo poblado ya desde la Edad Media, aunque entonces este municipio se conocía con el nombre de San Martín de Siguero.
Esta localidad cuenta con una importante tradición ganadera, especialmente vinculada a la trashumancia. Por su núcleo urbano discurría en el pasado la Cañada Real Soriana Occidental, una de las vías pecuarias más importantes de nuestro país. Esta cañada real tiene en este paraje segoviano un punto esencial en el que aún se conservan algunos vestigios que prueban la trascendencia de esta actividad económica para municipios como el de Siguero. En este sentido, aún se conservan restos de un antiguo rancho y unos lavaderos vinculados con el aprovechamiento de la lana, que fueron construidos en el siglo XVIII a orillas del río Duratón que desciende desde las montañas de Guadarrama hasta bañar las inmediaciones de esta pequeña aldea.
Con respecto a su patrimonio arquitectónico, destacan fundamentalmente la iglesia de San Martín de Tours, de influencia francesa y construida durante el periodo románico. A unos kilómetros del pueblo se ubican los restos de otro templo conocido como la ermita de Nuestra Señora de Vargas. El edificio tuvo que ser reformado en el siglo XVIII y a principios del XX sufrió un incendio tras el que quedaron en pie sus muros.
Asimismo, uno de los grandes atractivos de este pequeño núcleo urbano es el enclave natural en el que se ubica, a los pies de algunas de las formaciones montañosas más impresionantes de Guadarrama que durante los meses de invierno se tiñen de blanco a causa de la nieve. Entre su vegetación destacan las sabinas o “enebras” como las denominan los vecinos de esta zona de Segovia, cuyo aceite, que se obtiene destilando sus raíces y madera, era utilizado por los pastores que transitaban la Cañada Real Soriana Occidental por sus bondades para humanos y animales –ahuyenta pulgas y garrapatas, curaba la piel de las ovejas y era utilizado también contra el dolor de huesos–.
Este rico entorno salpicado de variados paisajes, sumado a su cercanía con ciudades como Segovia o Madrid con las que se encuentra conectada por carretera, convierten a este pequeño pueblo en un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.
Entre las festividades de este municipio tiene especial incidencia en el calendario de Siguero la conocida como fiesta de las Flores, que tiene lugar a finales de mayo. Además, el primer fin de semana de septiembre se desarrollan las fiestas en honor a la virgen de la Varga. Los vecinos de esta pequeña pedanía se reúnen en romería también el 11 de noviembre, día de San Martín.