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Monasterio cisterciense El Salvador
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El monasterio cisterciense del Salvador de Benavente hunde sus raíces en el siglo XII. Es en el año 1181 cuando se construye en la pequeña localidad zamorana de Santa Colomba –a escasos cinco kilómetros de la ciudad de Benavente– este templo religioso que daría un nuevo nombre al municipio en el que se asienta, que pasó a conocerse como Santa Colomba de Las Monjas.
No obstante las religiosas que conforman esta congregación han tenido que trasladar su hogar en dos ocasiones. La primera se debió a la firma del Concilio de Trento, con el que se indicaba a los responsables de los monasterios que era más apropiado trasladarse dentro de las ciudades para promover así la protección de los mismos. Esta recomendación, unida al estado en fase de ruina que presentaba el monasterio, llevó a las monjas cistercienses a trasladarse hasta Villanueva de Azoague, en las proximidades de Benavente, en 1581.
Cuatro siglos más tarde, en 1976, fueron las termitas las que obligaron a las hermanas cistercienses a trasladarse a un nuevo edificio de construcción moderna en el que actualmente residen las religiosas.