Se trata de la última estación en la provincia de Zamora con la que contaba la extinta línea ferroviaria que unía Plasencia y Astorga y que fue desmantelada en 1985.
Con el cese del servicio ferroviario en esta zona, el edificio que en el pasado albergó a los viajeros de esta línea en Pobladura del Valle, fue adquirido por un particular y que en la actualidad se encuentra habitado. A pesar del abandono de la línea el conjunto de la estación de Pobladura conserva todos los elementos que antaño permitían a los vecinos de la zona acceder al tren: una vía de paso y otra para la zona de cargas con rotonda y báscula, así como semáforos.
Asimismo desde la entrada de la estación se iniciaba un ramal que llegaba hasta una fábrica cercana y que permitía la carga y descarga de materias primas y productos, por lo que durante años esta línea de ferrocarril fue una pieza clave para el desarrollo económico de la zona.