Este cauce fluvial transfronterizo que nace en las inmediaciones del concello orensano de Sarreaus, más concretamente en el monte Talariño, a una altura que ronda los 985 m, fruto de la confluencia de pequeños arroyos y riachuelos que serpentean entre los picos montañosos de la zona. Cuenta con una extensión de 108 km y tras atravesar buena parte del sur de la provincia de Ourense, el Limia vierte sus aguas en el océano Atlántico en el municipio portugués de Viana do Castelo.
Se trata de un río cargado de historia que ha sido imprescindible para esta zona gallega desde tiempo inmemorial. Los romanos lo llamaron Lethes y en torno a él existía una leyenda cargada de misticismo que decía que era uno de los ríos de Hades, de la mitología romana. Del Limia se creía que hacía perder la memoria a quienes lo cruzaban, lo cual dificultó durante años las contiendas romanas en este entorno, ya que los militares se negaban a cruzarlo. Según cuenta la tradición la magia se perdió en el año 138 a.C., cuando uno de los generales romanos se atrevió a atravesar el Limia desmintiendo así la leyenda.
Fue un cauce fluvial esencial para los fundadores de Hispania, que en torno a él construirían la calzada conocida como Vía Nova, que transitaba estas tierras uniendo la ciudad portuguesa de Braga con Astorga. Pero no es el único vestigio romano que es posible encontrar a orillas del Limia, ya que en las inmediaciones del municipio de Bande se localiza el antiguo campamentos romano de Aquis Querquennis, conocido en la zona como A cidá (“la ciudad”) y que supone uno de los yacimientos romanos de este tipo más importantes en la Península.
Ya en el siglo XX el cauce del río Limia ha sido aprovechado para la creación de varios embalses en la zona, cuyo principal objetivo era el aprovechamiento hidroeléctrico. El primero de ellos es el pantano de As Conchas, localizado en pleno corazón de la comarca de Baixa Limia y que consta de varias zonas de baño y la práctica de deportes náuticos. No obstante, la creación de la presa trajo consigo la inundación de buena parte del territorio aledaño, lo que supuso que bajo las aguas del Limia quedaron sumergidos importantes vestigios arqueológicos de las aldeas gallegas que se asentaban donde hoy lo hacen las aguas del embalse. El segundo de ellos es el del Alto Lindoso, un pantano que se encuentra en la frontera entre España y Portugal. Su creación en 1992 supuso la anegación de cinco municipios orensanos que obligó a sus vecinos a trasladarse repentinamente. En la actualidad, en aquellos años de sequía que merman las existencias del embalse, es posible ver entre el lodo lo que en el pasado fueron las calles y casas de las aldeas que se encontraban donde hoy se encuentra este embalse.