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Se trata de un apartadero ferroviario ubicado en una trinchera y compuesto por varias edificaciones que se encuentran en mayor o menor estado de abandono. Esta construcción era parte de la línea férrea minera que permitía trasladar las materias primas extraídas en la mina de hierro de Ojos Negros en la provincia de Teruel hasta el puerto de Sagunto para su posterior distribución. La compañía responsable de la explotación de la mina -compañía minera de Sierra Menera- creó su línea férrea propia debido a los altos precios que imponía la Compañía Central de Aragón en la línea que unía Zaragoza y Sagunto. De este modo, en el año 1907, comienza a circular el primer ferrocarril por esta estación y se inaugura así un trayecto que estuvo activo hasta 1972, cuando la línea es clausurada definitivamente.
La creación de este ferrocarril permitió favorecer el desarrollo de los municipios de esta zona que estaban próximos a su recorrido y cuya economía dependía en gran medida de la producción de esta mina. Se logró poner en marcha un itinerario que sirvió como revulsivo para la economía de la región y que trajo un importante beneficio para una zona de la península que tradicionalmente ha estado deprimida. De hecho, esta estación fue construida para permitir el cruce de trenes de mercancías, pero también era empleada por los vecinos de los pueblos cercanos para acceder al servicio ferroviario y desplazarse hacia grandes núcleos de población aledaños.
Aunque la línea ferroviaria minera ya no está en funcionamiento, sí circula por este entorno una línea moderna que une Zaragoza con Valencia y que discurre por una vía paralela al antiguo trazado ferroviario.
Asimismo, a pesar de que hoy la estación no presenta el mismo nivel de actividad que antaño, su estado de conservación es bastante bueno, sobre todo si se compara con otras estaciones abandonadas que aparecen a lo largo del recorrido. En sus inmediaciones es posible encontrar un merendero con bancos y mesas de madera, así como un parking para bicicletas.