Se trata de un túnel que ronda los 583 metros y que durante años resultó imprescindible para el paso por este escarpado entorno del ferrocarril que iba desde la mina de Ojos Negros hasta el puerto de Sagunto para la distribución de las materias primas.
Su arquitectura es bastante similar a la de otros túneles que se localizan en este recorrido, aunque su construcción es algo más fina. Fue construido en piedra con materiales que se integran bastante bien en el entorno. Es posible apreciar las filtraciones que sufre el túnel en sus paredes, teñidas de las tonalidades del sustrato que la atraviesa.
La entrada la encontramos al principio de la población de Jérica. En uno de sus extremos las paredes aparecen excavadas en el terreno; en el otro lado encontramos un banco de madera y una papelera, además de unos muros que sostienen el terreno excavado.
En la actualidad este túnel forma parte del itinerario que sigue los pasos de esta extinta línea de ferrocarril y que se encuentra integrado en la red nacional de Caminos Naturales. Esto ha hecho que este paso ubicado entre los barrancos castellonenses se encuentre perfectamente acondicionado para el paso de senderistas y cicloturistas. A pesar de que cuenta con iluminación en su interior, es aconsejable portar una linterna para atravesar el túnel, ya que existen cunetas en su interior, tal y como se advierte en su entrada.