El Carrilet presenta en este punto otro de sus rasgos típicos que hacen recordar su origen como vía de tren. Durante unas decenas de metros el terreno de los laterales del camino asciende, dejando encajonado al Carrilet entre paredes de piedra. Se trata de una zona en la que, con objeto de crear una pendiente más suave para el tránsito del tren, se horadó el terreno formando estas típicas trincheras. Estos auténticos túneles sin techo se encuentran dispersos a lo largo de todo el Carrilet y contribuyen a darle un carácter especial.