La ganadería sigue teninedo un peso imprescindible en la dehesa robledal. Prueba de ello es que en este entorno es posible toparse con ganado suelto que pasta a sus anchas disfrutando de sus pastos. También se trata de una zona en la que es habitual el aprovechamiento forestal a través de la recogida de las diferentes especies micológicas, principalmente los tesoros gastronómicos como el níscalo y el boleto. Entre la vegetación de la dehesa destacan especies como el rebollo, el pino silvestre, el pino resinero y el pino piñonero.