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El Espinar
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Se trata de una localidad situada en la provincia de Segovia, en el área limítrofe con la Comunidad de Madrid. Se cree que existieron asentamientos anteriores a la época romana, no obstante, los primeros vestigios de población en la zona datan del siglo II y pertenecen a los habitantes de Hispania. Unos cuantos siglos después, durante la dominación de los visigodos la zona que hoy constituye El Espinar era conocida como Gudillos. Tras la llegada de los árabes a la Península, volvió a cambiar de nombre. Fue durante la reconquista de la zona en el siglo XI cuando comenzaría a configurarse el núcleo de población tal y como lo conocemos en la actualidad tras traer hasta esta zona familias procedentes de zonas del norte de España como Asturias, Galicia o Cantabria que comenzarían a edificar las primeras casas con una arquitectura bastante similar a la que es posible encontrar en zonas de la costa Cantábrica.
A principios del siglo XIX El Espinar sufriría los estragos de la guerra de la Independencia. Otra de las contiendas bélicas que han dejado su rastro en las inmediaciones de El Espinar fue la guerra civil. Muchas de las batallas esenciales de este conflicto se desarrollaron en las proximidades de este municipio segoviano que se encuentra en una posición estratégica por su cercanía con la Comunidad de Madrid.
En cuanto al patrimonio arquitectónico de la localidad, destacan sobre todo sus edificios religiosos con construcciones como, por ejemplo, la iglesia de San Eutropio, construida en el siglo XVI sobre los restos de un templo románico anterior; la iglesia de San Rafael Arcángel, edificada en 1933 o la ermita del Cristo del Caloco, un edificio sencillo construido en un cerro aledaño en el siglo XVI sobre las ruinas de un templo románico anterior. Entre su arquitectura civil sobresale el Palacio de los Marqueses de Perales, erigida en 1728 como casa de esquileo y en la que, de hecho, aún se conservan algunos de los edificios dedicados a esta labor ganadera. Además la pedanía de San Rafael, perteneciente a El Espinar, cuenta con un monumento al poeta Rafael Alberti, quien residió durante varios años en esta localidad.
Con respecto a la economía del municipio, a la tradicional ganadería trashumante que durante varias generaciones sería el motor de esta localidad, se sumó en el siglo XIX el aprovechamiento forestal de los bosques de la zona. En este sentido, la llegada del ferrocarril a la localidad en 1888 supuso una importante revolución para el tejido industrial del municipio y comenzaron a instalarse en él fábricas vinculadas con el tratamiento maderero. Durante las últimas décadas a estos sectores se ha sumado un pujante sector turístico. Su posición privilegiada, a los pies de la sierra de Guadarrama en un punto en el que confluyen caminos provenientes de capitales como Segovia, Salamanca o Madrid, han convertido a El Espinar en un destino turístico esencial para la zona.
En cuanto a las festividades del municipio, destacan en el calendario de eventos de El Espinar las fiestas patronales en honor a San Eutropio, celebradas el 30 de abril y durante las que se desarrollan numerosos actos culturales. A mediados de agosto tienen lugar las fiestas de la virgen y de San Roque. Ya a principios de septiembre el pueblo celebra sus fiestas populares en honor al cristo del Caloco, a las que acuden buena parte de los vecinos de la zona. A esta agenda de festejos se suman los eventos de la pedanía de San Rafael, donde el primer fin de semana de marzo se lleva a cabo la fiesta de los Gabarreros; en el mes de agosto se celebra la tradicional feria de artesanía y el último fin de semana de julio se suman las fiestas patronales.