A pesar de que las mujeres han mejorado su nivel de formación en las últimas décadas y de que ellas se gradúan con mejores calificaciones, la tasa de empleo sigue lejos de alcanzar los objetivos de la estrategia “Europa 2020”. A fecha de hoy, el hecho de que obtengan mejores calificaciones, no se refleja en el ámbito laboral.
Otros rasgos se evidencian en la segregación horizontal y vertical del mercado de trabajo. Así llama la atención la elevada presencia de mujeres en las denominadas “categorías elementales”, con amplia mayoría en los servicios de salud y el cuidado de las personas, así como en trabajos de tipo administrativo.
Resultan también preocupantes las injustificables diferencias salariales existentes entre hombres y mujeres. Los últimos datos publicados por el INE, se situaron en un promedio del 16,3% como diferencia en los ingresos brutos.
Por otro lado, fomentar el papel de las mujeres como empresarias y emprendedoras también es esencial en el análisis de la igualdad de oportunidades, ya que ésta opción es elegida por minoría.
Todo lo anterior pone de manifiesto la necesidad de seguir actuando en el ámbito del ámbito laboral para incrementar las tasas de actividad y empleo de las mujeres.
En este ámbito salarial y laboral tienen cabida actuaciones como las siguientes:
La prevención de la discriminación por razón de sexo en el acceso al empleo, el fomentar la igualdad de trato y oportunidades en las empresas, combatir la brecha salarial y fomentar el emprendimiento femenino.
Otros puntos que se integran en este apartado son la promoción de la igualdad de trato y oportunidades en el sector público, la promoción del empleo de mujeres especialmente vulnerables y los estudios sobre la fiscalización y prestaciones públicas de la mujer trabajadora como segundo perceptor.
Para mayor información o si desea realizar alguna aportación, puede ponerse en contacto con la Unidad de Igualdad del Ministerio a través del buzón Bzn-Igualdad@mapa.es