Sant Joan es un municipio de origen musulmán y tradición agrícola de unos 1.900 habitantes, perteneciente a la comarca conocida como el Pla de Mallorca o Llanura de Mallorca, ubicado en el centro de la isla, a una altitud de unos 150 m sobre el nivel del mar.
El Camino Natural de Son Juny parte del casco urbano de Sant Joan (Paseo Joan Mas i Mates) para llegar, tras recorrer 500 m, al Santuario de Nuestra Señora de la Consolación. La ruta no tiene desniveles apreciables y ha sido acondicionada para el tránsito mediante un firme de chapado de piedra rústica. A cada lado del Camino se ha construido un pequeño muro de unos 50 cm de altura en piedra seca (sin ningún elemento de unión entre los bloques).
Con esta iniciativa se ha tratado de reproducir el estilo de los antiguos caminos de carro realizados en piedra desde el siglo XIII. Este tipo de construcción en piedra seca es tradicional en el Mediterráneo, empleándose en toda la isla de Mallorca en muros separadores de fincas, viviendas tradicionales, espacios aterrazados, vías de comunicación, etc.
Las construcciones en piedra seca se encuentran documentadas en Baleares desde el siglo XIII, aunque su mayor desarrollo es posterior al siglo XV, entrando en decadencia en el siglo XX por el abandono de las zonas agrarias y el desarrollo del turismo de masas en la década de 1960. Actualmente muchas de estas antiguas estructuras se encuentran protegidas en el archipiélago.
En todo el trazado del Camino Natural de Son Juny se ha instalado iluminación a base de farolas, y papeleras, y en ambos extremos de la ruta existe un panel interpretativo del Santuario de Nuestra Señora de la Consolación.
Los vehículos motorizados no pueden circular por él gracias a los bolardos colocados estratégicamente en el centro del Camino, tanto a la entrada como a la salida, y que sí permiten, sin embargo, el paso de bicicletas. Dadas las características del recorrido con ligeros desniveles, pequeña longitud, firme plano y el inicio desde el casco urbano de Sant Joan, es apto para el paseo de la población con movilidad reducida. Así mismo, al final del recorrido, en el Santuario de Nuestra Señora de la Consolación, existe un amplio aparcamiento de vehículos que facilita el acceso al lugar.
El Camino Natural discurre durante sus algo menos de 500 m rodeado de pinos (Pinus halepensis), lentiscos (Pistacia lentiscus) y jaras blancas (Cistus albidus), salpicados de algunos pies de acebuche (Olea europaea) y algarrobos (Ceratonia siliqua) que forman una pequeña masa forestal que destaca sobre los campos de cultivo que dominan la zona.
Durante todo el recorrido se tienen unas magníficas vistas del paisaje rural típico del Pla de Mallorca, constituido por campos de trigo y pequeñas huertas en las parcelas que tienen bombas para la extracción de agua del subsuelo. El pueblo de Sant Joan se dibuja al fondo, destacando en él la silueta de la iglesia de San Juan Bautista y el molino de viento de Martí Gran, que se alza junto a una alta torre situada sobre un cerro, reconvertido actualmente en un restaurante. En el casco urbano de Sant Joan y sus alrededores podemos encontrar varios lugares de interés, como la iglesia parroquial, molinos, pozos públicos, etc.
El final del camino de Son Juny conecta con una pista de asfalto que conduce hasta el Santuario de la Consolación, situado a unos 100 m. Sus orígenes datan del siglo XIII, aunque fue restaurado entre 1755 y 1780 y, posteriormente, entre 1959 y 1966. En su interior se conserva una imagen de la Virgen, del siglo XVI, que fue restaurada en 1917.
Hay además un oratorio junto a un gran aljibe, que tiene en su parte superior un pozo y sirve de mirador, al que se accede por una escalinata de piedra de planta cuadrangular.
La construcción en piedra seca es una técnica empleada desde hace siglos en toda la zona mediterránea, teniendo en Baleares una gran representación. Esta práctica consiste en construir muros y edificaciones colocando piedra junto a piedra, sin ningún tipo de argamasa que las mantenga unidas.
Mallorca y Menorca tienen en sus espacios rurales magníficas manifestaciones de elementos construidos con piedra en seco: paredes, barracas, margers (márgenes), etc. configuran una imagen peculiar de los paisajes rurales de Baleares.
Los márgenes –muros de piedra seca que delimitan superficies destinadas al cultivo, han permitido ganar tierras agrícolas en terrenos con fuertes pendientes y desniveles. Un buen ejemplo de esto se puede encontrar en la Sierra de Tramuntana.
En Mallorca, hay documentación del siglo XV acerca del oficio de margers (constructores con piedra seca). Los conocimientos técnicos requeridos para realizar este oficio pasaban de padres a hijos cuando éstos ya tenían la capacidad física suficiente para manejar y mover piedras. Toda la técnica se basaba en saber dónde había que colocar cada piedra para conseguir una construcción sólida y resistente.