Resumen: La cultura del agua está ligada a la Historia Aragonesa, aunque no por su carencia, como ocurre en gran parte del territorio nacional, sino por su disponibilidad. Para Aragón, el recurso hídrico representa un patrimonio de primer orden en su desarrollo futuro y las continuas reivindicaciones hasta conseguir el consenso sobre el conocido «Pacto del Agua» no hacen más que corroborar esta aseveración. Además de la posición hidráulica favorable ofrecida por la Cuenca del Ebro, Aragón disfruta de una excelente ubicación geográfica frente al resto de las Comunidades Autónomas. Dicha localización estratégica se encuentra empañada por el desequilibrio territorial que padecen las provincias aragonesas. Estos desajustes únicamente pueden paliarse a través de las inversiones en infraestructuras hidráulicas -que mejoren el aprovechamiento del agua-, de transporte y comunicaciones, como defiende el Plan Director de Infraestructuras.