Resumen: No puede hablarse de desarrollo económico si no se corrigen los desequilibrios regionales inherentes al mismo. Si bien los más importantes son los desequilibrios económicos. Examina luego las distintas explicaciones que se han dado de esos desequilibrios, así como la serie de aspectos que se han de tener en cuenta en la planificación regional. Por lo que se refiere a la actividad agraria, su progreso «dependerá de una serie de factores esenciales, unos para el desarrollo», y sólo estimuladores otros. La reforma de las estructuras agrarias es más necesaria en una región deprimida que en cualquier otro caso. Para llevar a cabo esa reforma es imprescindible un conocimiento de cada región, de sus posibilidades, de su agricultura y de su población, y ha de resultar de la acción conjunta de la Administración y de los agricultores. Sin embargo, aunque el problema es general, por la especial agudeza con que se plantea en las zonas más deprimidas, el autor se refiere fundamentalmente a las medidas que cabe aplicar en esas zonas, estudiando sucesivamente las que tienden a reducir la población agrícola, las que deben adoptarse en favor de la población agrícola que va a continuar en la agricultura y las relativas a la reestructuración de las explotaciones, así como ciertas acciones que deben realizarse en zonas especiales.