Resumen: Este artículo intenta esclarecer la posición ideológica del proletariado rural andaluz al término de la transición, como consecuencia de los cambios de todo tipo que han afectado al sistema latifundista y, por lo pronto, la expulsión de este colectivo del mercado de trabajo y su consiguiente fragmentación interna. Ante este escenario, el discurso jornalero se configura como un proceso de desarraigo y desvinculación irreversible de la tierra, en cuanto experiencia de desintegración personal y colectiva que afecta, en último término, a la disolución de su arquetípica conciencia de clase y a su radical pérdida de identidad. Toman o como referencia el estudio clásico de Martínez Alier sobre La estabilidad del latifundismo en los años sesenta, podemos concluir que la reivindicación tradicional del reparto se ha reducido en extensión y en intensidad. Pues, por un lado, una fracción central del colectivo jornalero orienta sus demandas, preferentemente, hacia la consecución de un mejor estatuto de asalariado, pero sin abandonar esta condición. En tanto que, por otro, las posiciones ideológicas que mantienen el tradicional hambre de tierra lo hacen matizadamente, a la vista de la creciente dificultad de la gestión de las explotaciones, así como de la crisis de las rentas agrarias.