Resumen: Tras el análisis de la situación actual del desarrollo rural, caracterizada por un aumento del hambre en el mundo, el autor subraya las razones que explican, según él, el fracaso relativo de las políticas nacionales en materia de reforma agraria, así como el deterioro de las relaciones de intercambio de los países en desarrollo que no exportan petróleo. Con relación a los próximos años, por un lado, insiste en la necesidad de un Nuevo Orden Económico Internacional y en la importancia de la Estrategia Internacional del Desarrollo para el Tercer Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y por otro lado, en las características de una auténtica Política Rural, avanzada en la Declaración de Principios y el Programa de Acción aprobados por la Conferencia Mundial de Reforma Agraria y Desarrollo Rural, organizada por la FAO en 1969. En la tercera y última parte del artículo, se aborda el binomio energía-agricultura desde el punto de vista de la agricultura como consumidora de energía y agricultura y como posible fuente de energía, y se propone un conjunto de medidas para obtener un suministro de energía comercial para la agricultura, que aumente la autosuficiencia en los países en desarrollo. Finalmente, en las conclusiones insiste en el hecho de que las perspectivas futuras del desarrollo rural y la reforma agraria no son en absoluto fáciles, y en que es conveniente terminar con la creencia de que el desarrollo económico, como tal, y la revolución verde, en este caso, generan automáticamente el progreso social.